Liga BBVA | Racing- Zaragoza
Un duelo por todo lo bajo
Como equipo y como club, ambos han tocado fondo
Peor, imposible. Cuando uno tiene que escribir sobre un partido que enfrenta a Racing y Zaragoza, dos empresas en quiebra, dos aficiones que han sacado a sus presidentes del palco a gorrazos, dos banquillos de los que ha habido que desalojar a sendos ilustres que ya han vivido su mejores tiempos y dos equipos, en fin, que son los dos últimos en la clasificación, tiene la tentación de titular así: peor, imposible. Pero no es verdad. Sí que es posible que sea peor. De hecho, el que pierda esta tarde en El Sardinero estará mucho peor. O hundidos los maños o descolgados los dos.
El Zaragoza llega a Santander tras que su presidente, en la, por ahora, última 'agapitada', haya dejado pasar todas las vacaciones para destituir deprisa y corriendo a Javier Aguirre. Lo ha hecho tal mal que, además, toda España sabe que Jiménez llega a La Romareda como plato de segunda mesa, tras el no de Míchel (padre, por cierto, del racinguista Adrián), quién lleva toda la semana en Santander.
El triunvirato que dirige al Racing ha sido uno de los paganos de ese relevo a destiempo. Habían preparado el partido pensando en el Zaragoza de Aguirre y ya lo tenían desmenuzado tras trocear imágenes de siete partidos. Trabajo baldío. ¿Cómo jugará Jiménez? Juanjo González reconoció hace días que hubieran preferido que siguiera el técnico mejicano.
Animoso.
Manolo Jiménez le tiene mucha fe al Cristo de la Misericordia de su Arahal natal. A Él, a su trabajo y a su innata capacidad para contagiar entusiasmo deberá recurrir el técnico sevillano para sacar de la depresión a un vestuario que no sólo pierde, sino que juega mal y no cobra. Y que, por si faltaba algo, ha visto como su líder natural, el argentino Ponzio ha arrojado la toalla. Hoy en Santander deberá inventarse un jefe en el centro del campo y encomendarse a sus dos únicos 'santos' que no se han caído de la peana, el portero Roberto y Hélder Postiga. El portugués, por cierto, es el único que ha marcado en jugada desde hace tres meses.
En el Racing hay algo más de estabilidad. Gracias a la jueza, claro, que ha conseguido bloquear a Alí Syed (ya les gustaría a los zaragozistas que se hubiera hecho lo mismo con Agapito). La plantilla está unida, cobran lo de este año con regularidad y el triunvirato ha mejorado el rendimiento que ofrecía Héctor Cúper. Pero falta calidad, profundidad y gol. El desastre copero ha escocido a la afición y los técnicos han sacado el látigo: harán ocho cambios sobre el equipo de Miranda de Ebro y queda prohibido el juego directo.