Liga BBVA | Racing
La abogada de Alí Syed quiere negociar con los minoritarios
Melanie Scharer, experta en derecho fútbolístico, llamó dos veces a Colsa.
Alí Syed quiere cambiar de caballo en mitad del río. El indio parece haber dado por amortizado a Francisco Pernía y por fracasado, tras la presión popular que forzó las dimisiones de Fernando Ortiz, Fernando Burgués y Ramón Muñiz, y el auto de la jueza Mar Hernández que lo desposeyó el pasado jueves de facultades, al Consejo de Administración elegido por la Junta de Accionistas del Racing.
En la mañana de ayer, Melanie Scharer, una abogada suiza de origen hispano, se puso en contacto con Bernardo Colsa para proponerle, en nombre de Alí Syed, iniciar conversaciones. La abogada es ya conocida por el racinguismo ya que estuvo presente en la intensa Junta celebrada en la Facultad de Económicas y Derecho.
Cuando el pasado domingo aparecieron dos representantes de Alí en la Junta de Accionistas se presentó a uno de ellos, Horst Weber, del bufete 'VogelWeber' de Zurich, como el abogado del indio y se dijo que su acompañante era una traductora. La realidad es que ella era Melanie Scharer, especialista en derecho futbolístico, que ha sido abogada de la FIFA y que tras su salida del máximo organismo del fútbol mundial fundó un bufete, también de Zurich, 'MS Entertaiment Law'.
La jurista, que habla cinco idiomas y que ofrece sus servicios tanto a clubes como a federaciones y otros bufetes que estén inmersos en procesos legales relacionados con el fútbol, parece haber recibido el encargo por parte del todavía máximo accionista del club de tender puentes con lo que ellos entienden, tras los acontecimientos que vieron (y sufrieron) en primera persona el domingo, son la auténtica reserva espiritual del racinguismo.
Descolocados. Lo cierto es que los pequeños accionistas, liderados por la APR que preside Bernardo Colsa y por el abogado Javier Noriega, voltearon espectacularmente todo el plan perpetrado por el Alí, Pernía, los bufetes 'VogelWeber' y 'MS Entertaiment Law' con el único fin de bloquear el Racing para forzar la situación y que, con la amenaza de la desaparición, el indio pudiera recuperar parte de su inversión. La presión ejercida en la sala por los minoritarios, la reprobación unánime de los medios de comunicación y de la opinión pública así como, hay que reconocerlo, las amenazas de muy mal estilo recibidas por Ortiz, Burgués y Muñiz, llevaron a éstos a dimitir, a los administradores a reaccionar y a la jueza a suspender de sus funciones al nuevo Consejo.
Alí Syed, aconsejado por sus abogados suizos, trata ahora de cambiar de táctica en su relación con los accionistas minoritarios. La zanahoria en vez del palo.