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Liga BBVA | Athletic

Herrera ya es el líder del Athletic: dirige y golea

Ander Herrera se ha ido de vacaciones cansado y feliz. Ha vivido de manera intensa sus primeros meses en Bilbao, operación de menisco incluida. Se estrenó con el gol nada menos que ante el Barcelona. Salzburgo y Oviedo han sido sus últimas víctimas. Nadie discute su fichaje.

Herrera ya es el líder del Athletic: dirige y golea
FOTOS: juan flor y gaizka bilbao

Ander Herrera ya es el líder de la ofensiva rojiblanca. Más allá de su indiscutible nivel para guiar el juego, de sus botas han emanado acciones decisivas en el primer tramo de competición. Ha puesto ya su sello en el gol tres veces, con precisos disparos con la derecha ante Barcelona, Salzburgo y Oviedo. Siempre ha abierto el marcador en los partidos. Herrera llegó al Athletic obsesionado con mejorar su producción realizadora y lo ha conseguido en la mitad de los encuentros que jugó en el Zaragoza en sus dos campañas en Primera. Entonces, salió a dos dianas por año y ahora ya lleva tres.

El campeón de Europa Sub-21 ha puesto al servicio de Bielsa su desparpajo y carácter ganador. Se le nota más fresco mentalmente que en sus primeros encuentros en Bilbao, en los que quizás pecó de ansiedad por demostrar pronto el acierto de su fichaje.

De vuelta de su operación de menisco se ha visto al Herrera más poderoso y confiado. Su partidazo ante el Zaragoza fue una gran noticia de ambición y personalidad. Ante el Oviedo, no cesó en su intención de aportar cosas. Muchas no salieron, pero obtuvo el premio del gol a su tenacidad a la hora de llegar al remate desde la segunda línea.

Ha participado en 18 encuentros oficiales en la presente campaña, doce de Liga y cuatro de Europa League. Se ha perdido por la lesión que se produjo ante el Espanyol los partidos ante Betis, Málaga, Villarreal y Real. Además, faltó en el de París. Bielsa le protegió por estar a una amarilla de la suspensión. Es indiscutible y El Loco está muy encima de él diariamente, le exige como a un jugador cuajado con 22 años. Sabe que es una especie de entrenador en el campo, y sin Gurpegui ni Orbaiz se necesitaba a alguien con su mando.