Liga BBVA | Racing
La jueza acabará hoy con la astracanada
No les ha temblado el pulso a Camarena, Alvargonzález y Ruiz Asenjo a la hora de pedir medidas drásticas para terminar con la sensación de desgobierno y escarnio público en la que Alí Syed, y Pernía, habían dejado caer al club.
En esta vida todo tiene un límite. Y el de la paciencia de los administradores judiciales del Racing se agotó con las arteras maniobras perpetradas por Alí Syed y Francisco Pernía entre la tarde del sábado y la mañana del domingo y que acabaron provocando la Junta de Accionistas más bochornosa de la historia del club. Y eso que el listón, entre Piterman y otros cuantos, lo habían colocado alto. Por eso, ayer, a primera hora de la mañana se reunieron Santiago Ruiz, Alejandro Alvargonzález y Ramón Camarena. La decisión de esa cita fue unánime: solicitar a Mar Hernández, responsable del Juzgado de lo Mercantil de Santander, en aplicación del artículo 40 de la Ley Concursal, la suspensión de las funciones del Consejo de Administración.
Los tres técnicos trasladaron de inmediato esa petición a la jueza en una reunión que se desarrolló mediada la mañana en el despacho de la magistrada en Las Salesas. Los argumentos de los administradores, con dos de ellos ya ha trabajado en anteriores ocasiones y son de su absoluta confianza profesional, convencieron a la magistrada y en una providencia dictada de inmediato trasladó al Racing la petición y dio, como marca la ley, un plazo para alegar. En este caso, 24 horas.
La gran pregunta ahora es quién podría responsabilizarse en el club de esa alegación. Aunque el anterior Consejo ya no ejerce y el nuevo no ha tomado posesión, teóricamente la procuradora del Racing, Cristina Dapena está habilitada para presentarlo y la dirección letrada del club en el proceso, un bufete de fuera de Cantabria, a redactarlo; pero ¿sirviendo a qué señor? No parece muy probable.
Bedoya se va. Junto al más que seguro bloqueo a Alí y su tropa, en el Racing se va a producir una ruptura fundamental en el día a día de la entidad: Roberto Bedoya abandona la Dirección General. Lo hace a petición propia y porque la administración también entiende, pese a que su entendimiento con el barquereño ha sido absoluto en todo el proceso, que los cambios no sólo deben hacerse sino que, además, deben parecerlo. Bedoya, en cualquier caso, se ha brindado a aguantar en su trabajo hasta que se le sustituya.
Lo más probable es que, en el más corto espacio de tiempo posible, se contrate a un ejecutivo que lleve el quehacer diario de la entidad. El perfil que buscarán es más gerencial que deportivo y, por encima de todo, debe ser ajeno a todos los grupos que han batallado por el club en los últimos tiempos.
Otro de los problemas que han de resolver es el representativo. Los administradores no van, en ningún caso, a actuar de imagen del club ni de anfitriones del equipo rival. El pasado domingo fueron Javier Soler y Luis Morante los que atendieron a los representantes de la Real Sociedad y no es descartable que se intente un acercamiento al Gobierno y al Ayuntamiento para que ese papel se puede institucionalizar durante esta temporada. Si no aceptan, tal vez tengan que buscar un exjugador que no este significado con ningún grupo en concreto.
Muñiz dimitió..., después de que le echaran
El papelón desempeñado por los incautos que le dijeron 'sí' a Pernía en la tarde-noche del sábado ha tenido su punto culminante en la dimisión de Ramón Muñiz. Tan ridícula como todo el resto de su actuación. No sólo se resiste en el comunicado a reconocer que ha sido traído y llevado como una marioneta por Pernía, sino que defiende que ir de la mano de Alí "era la única forma de ayudar a que la institución recuperase la normalidad". (SIC). Luego esgrime como único motivo para dimitir su delicada salud. Respetable. Pero tarde. Cuando envió su renuncia, hacía dos horas que los administradores habían pedido a la jueza su inhabilitación.