El carrusel

Se coló en plena jornada liguera la final del Mundial de Clubes y dejó para el aficionado español la decepcionante actuación de Neymar. El Barça eclipsó a base de fútbol su fastuoso rastro, más grande quizá que real, más luminoso por la ondulación de su cresta que por el nivel de juego exhibido. Tiende Brasil a la mitificación de sus jóvenes promesas, a tratar como estrellas a adolescentes sin graduado escolar, a construirles mundos imaginarios repletos de samba, mujeres y deportivos. La vida es otra. Y la realidad también. Neymar se dio de bruces con ella en una final en la que se le esperaba y a la que no compareció. Tiene 19 años y eso le excusa. Pero su camino es difuso.

EL MUSULMÁN DE DAKAR FASCINA EN PAMPLONA

El senegalés Ibrahima asombra en Osasuna. Después de despuntar en el Atlético y estar cedido en el Numancia, sus números en Pamplona son de buen delantero: cinco goles en 12 partidos. Ayer volvió a marcar. La de Ibra es una historia intensa. Cuando aún era adolescente y practicaba el fútbol en el equipo de Site Sotiba, su barrio de Dakar, un amigo de su padre le consiguió una prueba en Buenos Aires. Y allí se fue, con apenas 100 dólares y sin haber montado jamás en avión. En Vélez Sarsfield conoció lo que es el fútbol y la vida fuera de su país y en España por fin se ha asentado. Cada día le da gracias a Alá por ello, como musulmán practicante que es. Lo suyo le ha costado llegar.

IBAI GÓMEZ: ENTRENADOR DE BANQUILLO Y DE CAMPO

El Athletic es el Athletic. Y San Mamés, San Mamés. Ante el Zaragoza sacó adelante un encuentro que se le había complicado con la expulsión de Javi Martínez. Para ello, Bielsa tiró en los últimos minutos del joven Ibai Gómez. Su misión fue revolucionar un partido de desenlace incierto. Y lo logró. No fue una orden aleatoria del técnico argentino. Ibai ya había entrado en algunos encuentros en situaciones similares y la explicación es sencilla. Es hijo de Mitxelo, laureado entrenador del Santutxu, club de Tercera, y él mismo dirige a la sección alevín de la entidad. Tener mentalidad de entrenador en situaciones de incertidumbre es clave. Él la posee. Y Bielsa supo aplicar esto a su equipo en el momento preciso.

ARDA TURAN Y SU CORAZÓN HERIDO

El Atlético cayó ante el Betis en lo que pudo ser la sentencia de Manzano. Esta vez no brilló como otros días Arda Turan. Pese a ello, el turco está siendo quien mejor maneje las cuerdas de esta particular marioneta atlética. Las cosas han cambiado para bien en su carrera desde que tuviera un gran susto en 2008. Entonces, en un encuentro con el Galatasaray, sufrió un problema en el corazón y cayó desplomado sobre el césped. Las imágenes trasladándole al hospital fueron dramáticas y se llegó a temer lo peor. Afortunadamente, los médicos dijeron que había sufrido un trastorno del ritmo cardíaco y determinaron que no tendría mayores problemas en el futuro para jugar al fútbol. Aquel episodio cambió la vida de Arda. Desde entonces trata de aprovechar cada instante para ser feliz. En la vida es un apasionado amante y coleccionista de coches deportivos; en el fútbol disfruta y hace disfrutar como hasta ahora en el Calderón. Lástima que ayer no pudiera repetirlo. Manzano y los atléticos hubieran respirado más tranquilos.

IKER: PARAR Y GOZAR DE LA VIDA CON LA NATURALIDAD DE SIEMPRE

Todo en Iker Casillas es natural. Todo. Desde su forma de volar de palo a palo para detener balones imposibles a la forma en que celebra las victorias y humaniza las derrotas. Antes del choque del sábado en el Pizjuán recibió a sus amigos sevillanos Chico, Pepe y Tony y se tomó un Cola Cao con ellos, como si nada fuera a pasar al día siguiente. Y lo que pasó fue que con sus increíbles paradas contribuyó a la goleada de su equipo, por paradójico y contradictorio que suene. Tal fue su nuevo repertorio que Cristiano le regaló el balón firmado por todos sus compañeros como muestra de que quizá su hat-trick no hubiera tenido valor sin esas paradas. Aún así, la vida del de Móstoles continúa inalterable. Natural. Sólo el Ángel que lleva dentro la hace especial cada fin de semana...

JORDI ALBA Y LA VOCACIÓN OFENSIVA DE UN LATERAL

Jordi Alba se ha ganado un puesto como lateral izquierdo de la Selección y del Valencia por sus grandes dotes a la hora de subir la banda. Ayer volvió a sacarlas a relucir con una preciosa jugada en el segundo tanto de Soldado. Al catalán lo de atacar no le coge por sorpresa. En La Masia, como jugador del Barça, fue criado como un rápido y desequilibrante extremo zurdo y jugando en esa posición llegó primero al Cornellà y después al Valencia, aún como juvenil. Hasta que Emery, ya en el primer equipo, le probó en el lateral y dio con la tecla. Ese reciclaje hacia la defensa acaba por funcionar en muchos laterales reconvertidos. Como Alba, conservan el espíritu atacante. Y, como él, suelen triunfar.

BAENA: SUPERANDO LOS OBSTÁCULOS DE NUEVO

Pocos jugadores hay en Primera con el tesón y el amor propio del espanyolista Raúl Baena. Su corta carrera —tiene 22 años— se ha visto salpicada por todo tipo de dificultades. Dejó Málaga para instalarse en La Masia con sólo 14 años. Sobrevivió. Posteriormente fue denunciado por el Barça y obligado a pagar una indemnización cuando se marchó al Espanyol. Se sobrepuso. Tuvo una grave lesión de menisco que le dejó ocho meses fuera. La superó. Y ahora, tras perder la confianza de Pochettino, ha sido capaz de salir desde el banquillo durante ocho partidos hasta recuperar su lugar. Sin rechistar. Sólo con trabajo. El mismo que exhibió el sábado en El Molinón.

LA EXTRAÑA CONEXIÓN ‘AFROESCANDINAVA’

El recién ascendido Granada sigue escalando posiciones en la tabla. Conviene bucear en la plantilla de Fabri para dar verdadera relevancia a este hecho. Por ejemplo, su delantero centro, el nigeriano Ighalo, llegó a la entidad cuando militaba en Segunda B, hace ahora dos años. Cedido siempre por Udinese, sus inicios en el fútbol descubren una conexión tan llamativa como repetida. Y es que una red de representantes le captó en Nigeria y lo llevó a jugar a Noruega. En la liga noruega hay, en la actualidad, 37 africanos. Son muchos. Muchísimos. Por allí entró en Europa el jugador del Chelsea John Obi Mikel. Y lo mismo sucedió con Ighalo. Un camino extraño, pero un camino de Primera.