Tenía que ser Valerón

Todas las miradas estaban puestas en Valerón, y el genio de Arguineguín fue protagonista. No por una asistencia imposible, ni por un regate de maestro, fue por un polémico penalti que decidió el duelo. Acababa de empezar el segundo tiempo y una jugada dentro del área local terminó con un contacto entre David García y el Flaco que Lesma López decretó como penalti. Valerón, cuya trayectoria y honradez merecen crédito, máxime si el rival era el Las Palmas, aseguró que había pena máxima. La jugada es discutible, pero si lo dice el Flaco...

Con el balón en los once metros se jugaba un nuevo partido, un duelo a una carta entre Guardado y Barbosa. El guardameta argentino venía de detener un penalti decisivo al Cartagena en el último instante, el mexicano de firmar su mejor arranque goleador en España con seis goles a sus espaldas. Barbosa se tiró con gran convicción y adivinó el lanzamiento, pero el golpeo de zurda del Principito fue simplemente perfecto.

Antes de la jugada decisiva se había disputado una primera parte de dos caras. La primera correspondió al Depor, que como había pedido Oltra salió al campo decidido a hacerse con el control del balón. Los coruñeses dominaban la partida y Valerón avisó a los cuatro minutos, pero poco a poco el Depor se fue diluyendo a medida que emergía el Las Palmas. Juan Manuel Rodríguez había dejado en el banco a Roque, apostando por un centro del campo más fuerte con Javi Castellano y David González, con Vicente en la mediapunta. El dominio local se tradujo en ocasiones, aunque con cuentagotas. La más clara fue de Ruymán, pero le tembló la pierna en el área, una zona muy alejada de su medio natural.

Acoso canario.

El dominio local se acentúo tras el gol de Guardado, con dos cambios en el minuto 61 que dejaban claras las intenciones de ambos técnicos. Mientras Oltra sentaba a Valerón para meter a un pivote defensivo como Borja, Juan Manuel se la jugaba a todo o nada sentando a Pignol y metiendo al delantero Quiroga. El partido, lento desde el inicio, se volvió plano y tosco, con un Depor pragmático encomendado a la seguridad de Aranzubía y la colocación de Colotto. Jonathan Viera dejaba gotas de su calidad, pero sin decidir. Quiroga tuvo una de cabeza y a Portillo le anularon un gol en el suspiro final por claro fuera de juego. Balas de fogueo para un Deportivo que está aprendiendo también a ponerse el mono de faena cuando es necesario.

El premio de los tres puntos valida el argumento elegido por Oltra porque permite al Depor despedirse de 2011 en puestos de ascenso, su única obsesión. Las Palmas, por su parte, mira al futuro pensando que 2012 todavía es muy largo.