Liga BBVA | Getafe 1 - Granada 0
Casquero marca y sacude los miedos del Getafe
Ighalo desestabilizó pero falló una clarísima oportunidad
Pasan los años y sigue Casquero. A sus 35 marzos, el capitán sigue dando ejemplo, no pone un pero, trabaja como el que más y marca goles como siempre. El de ayer no fue el más bello de su carrera, pero sí de los más trascendentes, porque como dijo el propio jugador al acabar el partido "esta victoria es más importante que la del Barcelona". Razón llevaba, porque un minuto antes del inicio del partido el Getafe estaba en descenso.
Obligado por jerarquía, el Getafe abrió el partido mandando. El Granada, nuevo esta temporada en Primera, visitaba el Coliseum por primera vez y se dejó llevar de inicio. Marcaba las pautas Míchel y Barrada ponía los impulsos gracias a sus zancadas. Sarabia tiraba diagonales y ponía voluntad, y Diego Castro intentaba el remate. Poco más, porque de juego tan escaso anduvo el Getafe como el Granada.
La lesión de Yebdá volteó los planes iniciales de Fabri, que siempre confía en el franco-argelino como su hombre ancla en el centro del campo, entre la defensa y la media. Le suplió Moisés, que acabó siendo de los mejores, pero sin Yebdá se alteraba una de las claves del último éxito granadino a domicilio, la campanada (0-1) en San Mamés.
El Granada fue muy temeroso. En la primera parte apenas cruzó la línea del centro del campo y no remató ni una sola vez a puerta. El Getafe, en cambio, lanzó 14 veces, si bien con nulo acierto.
En la segunda parte, los dos equipos intercambiaron papeles. Fue el Granada el que tuvo el balón, el que atacó, mientras el Getafe empequeñeció hasta quedarse a verlas venir. Tuvo el Granada la victoria en una ocasión clarísima de Ighalo, pero el nigeriano falló delante de Moyá.
Los pequeños detalles marcan grandes diferencias y ese fallo estigmatizó al Granada. Luis García movió doble pieza a los diez minutos de la reanudación y le salió bordado. Entró Casquero y el capitán decidió el partido con uno de sus habituales casquerazos, aunque en esta ocasión tuvo la suerte de que el balón golpease en Íñigo López. El partido fue malo y feo y el gol de rebote, pero al Getafe la victoria le sabe bien rica.