De Marcos pasa como un torbellino por Oviedo

El Athletic va a por la Copa y le da igual estar en tres competiciones. Marcelo Bielsa no reserva futbolistas, puso a sus titulares y únicamente hizo un cambio en noventa minutos porque en la competición del KO cualquier despiste cuesta caro. Que se lo digan al Atlético. Los leones respetaron a un Oviedo enrachado e hicieron bien, ya que los carbayones pusieron ímpetu y decisión. Ambos honraron al torneo en un Tartiere con hambre de gloria. Ganó el Athletic y quizás debió marcar mayor diferencia en el marcador. La que puso sobre el césped De Marcos, un futbolista total.

Bielsa ha encontrado un filón en el alavés, un portento físico con una zancada que deja en ridículo a quien trata de seguirle. Le pasó anoche al canterano oviedista Jandrín, artista con el balón pero superado siempre en velocidad y potencia. Como, por ejemplo, en el 0-1, que llegó bien pronto. Muniain le metió un gran pase interior y De Marcos batió a Lledó con un toque de rosca perfecto con la derecha, sacando petróleo a la ventaja de jugar a pie cambiado.

Los de Pacheta trataron de sembrar peligro con el balón directo, pero ahí estaban Javi Martínez y Amorebieta, difíciles de desbordar. El Athletic no sentenció el partido en la primera mitad por su imprecisión en el último pase y, ya en la segunda parte, disfrutó de varias ocasiones después de que Jandrín tuviese la suya. Herrera, Susaeta y, cómo no, De Marcos, con un lanzamiento al poste, rozaron el 0-2. El Oviedo quedó de pie y el Athletic hizo su trabajo, muy serio.