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Albacete - Atlético de Madrid | La contracrónica

Sin ganas de aprender

El Atlético se vio superado en el primer tiempo por un Albacete que puso mucha más intensidad y ganas que los rojiblancos. El gol de Adrián, que falló un penalti, mitiga el daño, pero la imagen fue lamentable. No puede volver a repetirse.

Sin ganas de aprender

Otra vez. Lo primero que se me vino a la cabeza ayer fue el bochorno que el Atlético ofreció a sus aficionados en Getafe. Los rojiblancos no sólo perdieron tres puntos ese día, también tiraron por tierra la ilusión de mucha gente. Se habló entonces que eso debería servir de lección. Me imagino que los que saltaron ayer al Carlos Belmonte estuvieron en las charlas que hubo en el vestuario rojiblanco. O alguien no se explicó bien o alguno se quedó dormido en este examen de conciencia que hizo el equipo. O quizá Manzano no estuvo claro. Porque ante el Albacete volvió a pasar algo parecido. En el primer tiempo el Atlético rozó el ridículo. Fue algo lamentable, difícil de olvidar. Y es la segunda vez que ocurre. No puede haber una tercera. En un equipo profesional no se puede tener esa falta de autoestima.

Excusas. Y no vale poner de excusa que el Atlético se dejó en Madrid a casi todos sus titulares. Porque los que salieron ayer también defienden esa camiseta y también cobran a final de mes por jugar por ese escudo. El problema es que muchos creen que los partidos se ganan sin haberlos jugado. Sin correr. Y los futbolistas del Albacete también tienen su orgullo y su dignidad. La que no tuvieron los rojiblancos por menospreciar al rival, que juega en Segunda B, sí, pero que se tomó en serio el encuentro.

El filial. Hace un mes y medio el Atlético celebró el Día de las Peñas, jornada para homenajear a su afición. Lo hizo en Majadahonda y el filial rojiblanco se enfrentó esa mañana al Albacete. El partido acabó con empate a un gol y pudo ganar el filial rojiblanco. El colegiado anuló un gol a los de Pantic sin nadie saber las razones. Pudo ganar cualquiera, pero el conjunto manchego no se encontró las facilidades que ayer tuvo en los Antonio López, Assunçao, Adrián y compañía. Esa mañana los jóvenes del Atlético tuvieron más dignidad que ayer los jugadores del primer equipo. Es cierto que la competición copera propicia esto, que el equipo local quiera reivindicarse y tener su día de gloria, pero parece que son siempre los mismos los que lo favorecen.

Manquillo. La nota positiva fue el debut en partido oficial de Manquillo, un futbolista en el que se tienen puestas muchas expectativas. También jugó Pedro y es bueno que en el Atlético vayan jugando chavales formados en las categorías inferiores. El partido no se puso de cara para demostrar nada, pero ellos no olvidarán el choque.

La vuelta. Me imagino que hoy volverán a hablar los protagonistas del partido en el vestuario de Majadahonda. Es de esperar que acudan despiertos a la cita. Yo hago una propuesta de esas que está a la moda ahora. Empapelar el vestuario diciendo algo así: "Señores, andando no se gana". O algo parecido a esto: "No podemos resucitar más rivales". Al Atlético le vale con un gol para seguir adelante en la Copa, pero a lo mejor los pocos que tenían previsto acudir al Calderón lo harán pensando en aplaudir a los chicos del Albacete, club del que el internacional Iniesta es el máximo accionista.

Barcelona. El domingo vuelve la Liga y el partido del Atlético es de aúpa. El conjunto de Manzano tiene la posibilidad de ganar al Espanyol y meterse de verdad en el grupo bueno, en el de arriba. O hacer otra cantada y quedarse en tierra de nadie. De ellos depende. De ellos depende tirar la temporada por la borda antes de llegar las vacaciones de Navidad o seguir con la ambición de estar entre los cuatro mejores clubes de España. Pero una cosa está clara: espectáculos como el de ayer sobran.