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Copa del Rey | Albacete 2 - Atlético de Madrid 1

El Segunda B fue el Atlético

Un gran Albacete dominó de principio a fin. Calle y Zurdo pusieron el 2-0. Adrián falló un penalti y marcó. Rojas a Núñez y Domínguez. Reyes ni jugó.

El Segunda B fue el Atlético

El Carlos Belmonte se convirtió ayer en una realidad paralela en la que un Segunda B jugaba como un Primera, el Albacete, y un el tercer presupuesto de Primera, el Atlético, jugaba como un Segunda B. Un Segunda B sin alma, en concreto. Tanto fue así que el 2-1 final se antoja corto para los méritos del uno y el castigo al que se hizo acreedor el otro. Manzano, que sigue en el cargo, será justo destinatario de graves críticas, pero conviene señalar que si los suplentes del Atleti no sirven para superar a un rival dos categorías inferior, la culpabilidad debe extenderse a los futbolistas y a quienes los fichan.

El Albacete demostró que puede lucir con honor en la camiseta el nombre de Iniesta, por inquietante que resulte que el héroe nacional promocione vinos y no sólo helados. Al minuto y medio, ya tuvo que actuar Asenjo y hasta el 41', en un paradón de Campos a cabezazo a bocajarro de Antonio López, los telespectadores no descubrieron de qué color vestía el portero local. Entre medias, el Atleti fue un desastre, incapaz de sacar la pelota jugada ante la presión del Alba, con un Calle que asustaba a sus rivales sólo con mirarles fijamente. Un cuadro. Uno feo.

Pese a todas sus buenas intenciones y acciones, al Albacete, como suele suceder en estos casos de David contra Goliat, le faltaba pólvora para convertir sus petardos en dinamita. Pero la fortuna se alió con quien la cortejaba con arte y un centro de Curto se estrelló con el brazo flamenco de Domínguez. Era penalti y fue gol. De Calle, en concreto.

Excepto el ya comentado cabezazo de Antonio López, la primera parte del Atleti fue inenarrable. Más que nada porque no dejó nada que narrar. Si acaso la solvencia de Pulido (tranquilos, seguirá jugando Godín) y las buenas sensaciones del juvenil Manquillo. De los veteranos, ninguna noticia. En el caso de Reyes porque estaba en el banquillo, y ahí se quedaría toda la noche. Su adiós está cantado, pero no cerrado y si Manzano le llevó es porque podía usarle. Quedó claro que podía, pero no quería. Si convocarle para nada no fue un disparo más en este largo tiroteo entre ellos, este fue el partido más divertido de la historia, Assunçao es el nuevo Schuster y Salvio tiene gol.

Fallo. Tras el descanso, el Atleti se encontró la salvación en una contra de Juanfran que acabó en penalti y roja para Núñez. Sin embargo, Adrián lo lanzó como un jugador de rugby pateando a palos: dos metros por encima del larguero. El Albacete ni se inmutó por la inferioridad y tuvo doble premio cuando Domínguez frenó a Calle, que se iba sólo, derribándole en la frontal: roja para el central y golazo de Zurdo en el lanzamiento de la falta.

Con el 2-0, Manzano recurrió al debutante Pedro para ayudar a Adrián en el ataque. Reyes, de miranda. Tuvo suerte el Atleti cuando Zurdo cometió el primer error local del partido y su mal corte en mediocampo dejó a Adrián sólo delante de Campos. 2-1. El gol hizo daño al Alba y el Atleti pudo empatar en un remate fuera (cómo no) de Salvio y un error de Campos, al que se le escapó el balón rumbo al palo. Hubiera sido injusto premio para un Atleti que demostró que, sin Arda ni Diego, puede pasar tranquilamente por un Segunda B.