El Tartiere no admite reservas

No hay dolor ni cansancio que valga para Marcelo Bielsa. Ni siquiera le invita a tirar de reservas que el debut en la Copa sea a doble eliminatoria y ante un rival de Segunda B, aunque el Oviedo como club tenga otra categoría. Alguien ha debido dejar muy claro al rosarino que arranca el torneo preferido por San Mamés para que se presente en una noche de fiesta en el Nuevo Tartiere con su once de gala, a excepción del lesionado Fernando Llorente. Quizás también le hayan contado que la última vez que el Athletic pisó ese campo, hace una década, perdió 5-0.

Otra cosa es lo que, desde hoy, piensen algunos leones sobre su papel en esta plantilla. Quien aguardaba a la llegada del torneo del KO para reivindicarse de cara a la Liga, tendrá que esperar quizás al intrascendente encuentro europeo en París.

En alza.

Fue conocerse que el club rojiblanco era su rival en la Copa y despertar el Oviedo de Pacheta, un hombre muy bien relacionado con el Athletic en su etapa en el Numancia y que fue discípulo de Bielsa en el Espanyol. La afición ha pasado de amenazar a su equipo con pintadas a llevarle en volandas hasta lograr seis victorias y dos empates, con triunfos de calidad fuera ante Albacete y Castilla. Los carbayones están lanzados y El Loco, que lo estudia todo, deja muy claro a su vestuario que no es un amistoso.

La repentina lesión de Xavi Moré es un alivio para los rojiblancos, que deberán vigilar bien a Busto y Rubiato. Toquero tiene la misión de aparecer más que en Palma e Íñigo Pérez, que entrará en el lateral zurdo por un Aurtenetxe a la baja, pondrá el balón parado.