El Oviedo brilla y baja de la nube al Castilla

Hacía tanto que no pasaba que nadie sabía muy bien cómo reaccionar. Por primera vez desde que está Toril en el Castilla, el fortín del Di Stéfano se vino abajo (el Alcoyano le ganó como visitante, pero en el Bernabéu). Lo derribó el Oviedo, que exhibió algunas de las virtudes que en junio te llevan a Segunda: tiene una idea clara, no huye del balón, reúne jugadores que ganan partidos y sabe tirar de oficio y pillería. Con eso y el flojo partido del filial, más incómodo que nunca, el 1-3 pareció sorprendentemente fácil.

Cierto es que toda intención del Castilla se vio condicionada muy pronto. Sin tiempo para tantearse, Xavi Moré se presentó en el área local y asistió a Óscar, que desde el punto de penalti no perdonó.

Jesé inició un amagó de reacción con una buena jugada que abortó Lledó. Luego, el portero azulón pasó una primera parte realmente cómoda, viendo como al Castilla le costaba un mundo dar cuatro pases seguidos y mucho más llegar al área. Todo lo contrario el Oviedo, que rondaba con cierta soltura la meta de Jesús. Y cuando el 0-1 parecía un mal menor al descanso, Xavi Moré volvió a liarla por su banda y le dio a Rubiato el segundo.

Sentencia.

La segunda parte dejó un arreón de coraje local, con palo de Casado incluido, pero quien dio de verdad fue Busto, que cabeceó a la red un centro de Rubiato. Por sacar algo bueno para el filial, el gol de Merchán premió que no bajara los brazos y además el liderato no se escapó. Pero ayer, la fiesta fue azul.