Gilvan le da aire al Huesca y deja sentenciado a Merino

Respira Quique Hernández y lo hace también todo Huesca. Los azulgranas no han salido del descenso, pero ayer fue capaz de sumar en Jerez el segundo triunfo consecutivo y han ganado vida. La luz está a un solo punto y las tinieblas quienes las ven cada día más cerca son los de Chapín. Los azulinos firmaron el peor partido en casa del año, en especial durante la primera mitad, donde una jugada desgraciada de Doblas terminó con Robusté expulsado por hacerle penalti a Roberto. Camacho lo transformó, y solo siete minutos más tarde Gilvan destrozaba a balón parado la escasa confianza que destilaban los azulinos con uno menos sobre el terreno de juego.

Mereció ganar el Huesca, por mucho que Merino descargase las culpas de esta derrota en el árbitro. Para el técnico, que ayer vio pañuelos al final, una jugada anterior a la desgraciada cantada de Doblas, al que Roberto le ganó la cartera como a un junior, debería haber acabado con Corona expulsado tras un manotazo a Tato que aunque se pitó, no acabó en amarilla. Pese a todo, salvo algunos minutos de ideas timoratas al comienzo de la segunda mitad, los azulinos naufragaron. Los de Quique Hernández cogieron la posesión y solo sufrieron cuando Vélez hizo el gol local casi al final. Pero Tariq, con frialdad, definió para alejar los fantasmas. El puesto de Merino vuelve a estar en el aire. Deciden los administradores concursales.