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Liga Adelante | Xerez - Huesca

La maldición de Chapín será el aliado del Huesca

Los azulinos, negados en casa. Quique se mide a Merino.

Álvaro Rivero
La maldición de Chapín será el aliado del Huesca
pablo otín

La visita del Huesca siempre trae buenos recuerdos en la parroquia xerecista. Ante los azulgrana, se vivió el histórico ascenso azulino a Primera división hace tres temporadas. Aquello supuso un antes y un después en la historia del club, que fraguó aquel éxito precisamente en sus prestaciones en casa. Sin embargo, en estos tiempos que corren Chapín se ha convertido en un tormento que amenaza con destruir la estabilidad del equipo. Los de Merino no ganan en su estadio desde el pasado 3 de octubre, y sólo han sumado seis de los 21 puntos en juego ante su afición. Eso quema a cualquiera, y por esta razón el entrenador del Xerez no ha dudado en catalogar este partido de final, por mucho que ganase el fin de semana pasado ante el Recreativo.

El técnico de La Línea conoce bien a su rival en el banquillo. Sabe que el Huesca no va a venir confiado al feudo azulino, por mucho que la victoria de los azulgrana ante Las Palmas haya levantado la moral de un grupo tocado. Quique Hernández fue su entrenador en el Recreativo de Huelva, y sabe del carácter de un entrenador que suele vender cara su piel, y que tiene una experiencia suficiente como para aprovecharse de la debilidad de un rival que sufre en casa.

Muralla. No anda tampoco para tirar cohetes en Xerez en ataque. José Mari está en plena sequía anotadora, pero Tato, su acompañante arriba, se está entonando. Hoy quizás sea su día. Salvo sorpresa, los locales saldrán con el mismo equipo que ganó en Huelva, con la duda de Campano o Mendoza en el lateral derecho. Por su parte, David Bauzá sustituye al lesionado David Vázquez. Los azulgrana serán defensivos, e irán a la contra.

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Siempre es bien recibido en Chapín uno de los porteros que más huella dejaron en la historia del club. El toledano estuvo en el primer año de los azulinos tras haber abandonado la Segunda B y formó parte del recordado equipo de Bernd Schuster que a punto estuvo de lograr el ascenso a Primera. Quizás por ello, en la que fue su casa se suele crecer.