El Atlético afronta hoy su Misión Imposible 13

Antes que enumerar los problemas que afrontará el Atlético en el derbi (mil o dos mil), resultará más sencillo mencionar aquello que juega a su favor. Primero, la estadística. Los números se estiran hasta que se rompen y este chicle lleva doce años inflando el globo. Después, el talento. Sí, el talento, no se sorprendan. Jugadores como Adrián, Arda y Diego, por citar a los que formarán el triángulo atacante, son futbolistas de condiciones excepcionales cuyas musas podrían coincidir un día. Quizá hoy. Entramos ahora en la teoría de las probabilidades: la concentración de elementos inflamables favorece el fuego. Dicho lo cual, es fácil que el Madrid prenda antes.

El siguiente apunte tiene que ver con la autoestima. Ahí ya golea el Madrid. Descontando a los rojiblancos más irreductibles, hay una mayoría de atléticos que se toma el partido poco en serio, como si con esa actitud, entre escéptica y burlona, pudiera amortiguar la decepción de una derrota cantada. Si el desengaño del entorno alcanza a los jugadores, el panorama del Atlético no resultará muy alentador. Si el descreimiento general consigue herir su orgullo, nos hallaremos justo ante el escenario contrario.

Plan. Manzano insiste en visualizar la victoria como invocación del éxito, pero quienes visualizamos desde hace años bellas actrices y gordos de la lotería sabemos de lo inútil del método. Será por eso que además de poner imaginación levantará barricadas. Es decir, juego duro que aproveche la conocida permisividad del árbitro, el liberal Mateu Lahoz. Nada que Mourinho pueda reprochar a su colega porque así planteó él la pasada temporada alguno de sus partidos contra el Barcelona.

Estamos hablando de un posible trivote, de líneas juntas y atrasadas, y de una congelación del juego que tendrá como objeto llegar con vida a los próximos cinco minutos. La obsesión por no recibir goles en el primer cuarto de hora viene seguida de la preocupación por no encajarlos en los 30 minutos iniciales. A partir de esa línea, el Atlético afrontaría un nuevo partido. Todavía como víctima, pero con esperanzas.

Falcao, ya se sabe, se quedó fuera la lista. No es tan grave. Su presencia habría sido fundamental si el Atlético estuviera en condiciones de pisar con frecuencia el área de Casillas. Pero no se contempla el caso. Más reseñable es la baja de Sílvio, lateral de primer nivel. O el indeterminado papel que jugará Reyes, genio espumoso.

Vuela. El Madrid, entretanto, muestra un perfil resplandeciente: doce victorias consecutivas, doce años sin caer ante el Atlético, la fortaleza del Bernabeú, más goles que en un recreo Mourinho, haciendo un guiño al fair play (o a Mendes), se esforzó ayer en rebajar la euforia y repasó las virtudes del Atlético ("gran plantilla para pelear por la Champions en el futuro"). En fin. Que ni siquiera las bajas de algunos jugadores (Kaká, Arbeloa, Carvalho) ensombrecen mínimamente al equipo. Con Marcelo recuperado y Di María de regreso en la lista, la única duda es qué nombre recitaremos después de Xabi y Khedira, si Coentrao, Callejón, o quién sabe si Higuaín, para juntarle de nuevo a Benzema en la más ofensiva de las versiones posibles.

La suerte no está echada. La suerte se reparte esta noche y el Atlético la necesita toda. Al Madrid, en cambio, le basta su fútbol y el huracán que desencadena.