Liga BBVA | Objetivo indiscreto

La peor táctica defensiva: perder de vista el balón

Se vio en el Barça-Zaragoza y no para de repetirse

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Cualquiera diría que el primer mandamiento de todo aquel que decide jugar al fútbol es no perder de vista el balón. El balón no es lo único importante, pero sí es lo más importante. Si el gol es el objetivo, el balón es el instrumento. Veintidós personas sin balón pueden bailar una coreografía de West Side Story, pero no pueden jugar al fútbol. Se pongan como se pongan.

Sólo se registran excepciones individuales. La evolución del fútbol (regresión, más bien) y su inmensa generosidad han dado cobijo a futbolistas que no tienen el balón entre sus prioridades. Su tarea, más que jugar, es impedir jugar, al punto de que el balón se considera el enemigo número doce. La misión es destructora y se concreta en la anulación del contrario. Ustedes, en su inocencia, pensarán que sin tales elementos no hay juego; ellos, peor tratados por la vida, piensan que sin adversario y sin balón hay paz.

La imagen que nos ilustra es paradigmática y se repite en cualquier partido profesional y por fatal imitación en no pocos encuentros infantiles. Llegado el momento de defender una jugada a balón parado, los defensas se afanan en sus marcas con absoluto desprecio por la pelota. Observen cómo abraza Paredes a Cesc (no Santillana) en el pasado Barcelona-Zaragoza. No sólo lo hace con amorosa aplicación, sino con los ojos cerrados. Podemos afirmar que se declara voluntariamente ajeno al balón y al gol de Piqué, que, como se puede apreciar, remata de oído.

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Vaya en descargo de Paredes y su gremio que el defensa no nace, lo hacen. El impulso natural de quien comienza a jugar es no defender en absoluto, de ahí que sea tan divertido el fútbol en el recreo. Son los entrenadores, algunos, los que pervierten al feliz salvaje y lo robotizan con movimientos que en nada se relacionan con el fútbol porque nada tienen que ver con el balón.

La próxima revolución futbolística será la del técnico que ordene a sus defensas buscar la pelota en las jugadas a balón parado. Ignorando a los atacantes y fijando sus ojos, únicamente, en el vuelo del balón. El efecto será tan innovador, brutal y desconcertante que los delanteros acabarán por cubrir a los centrales. Apuesten algo.

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