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Liga BBVA | Atlético de Madrid 3 - Levante 2

Arda y Reyes salvan al técnico

El Atleti marcó sólo cuando entró el zurdo. El turco y Diego, brillantes. El Levante, Barkero y poco más. El arbitro, un horror Manzano llega vivo al derbi

<b>EL DEBUT. </b>Pizzi celebra junto a la grada y con sus compañeros Reyes y Arda Turan su primer gol en Liga con la camiseta rojiblanca.
EL DEBUT. Pizzi celebra junto a la grada y con sus compañeros Reyes y Arda Turan su primer gol en Liga con la camiseta rojiblanca.

La vida es juguetona. Manzano, con el agua al cuello, 0-0 en un Calderón de uñas, el Levante espabilando y menos de media hora por delante, tuvo que recurrir a Reyes. El castigo al zurdo, merecido de inicio por actitud y rendimiento pero alargado en exceso, importaba ya menos que la pura supervivencia. "Salga usted y que suceda lo que tenga que suceder". Y lo que sucedió fue que nada más pisar el césped, ovacionado por la grada, el utrerano agarró el balón en campo propio, galopó con la cabeza alta y dejó sólo ante Munúa a Pizzi con un pase perfecto. Gol y Reyes ganando la batalla sin romper a sudar.

Tras el 1-0, el partido se volvió loco, porque al fin el Levante tuvo que dar un paso al frente y dejar de resguardarse con la sensata esperanza de que el Atleti, sin Falcao, se pasara 90 minutos a cero. En ello estaba, desde luego. El impetuoso inicio local había muerto víctima de su propia ceguera y de la ajena, la del árbitro en concreto. Pérez Montero ya había obviado un atropello imprudente en el área de Nano a Diego, pero en el minuto 40 se superó cuando Farinós derribó sin disimulo alguno a Adrián, que iba a rematar. En vez de en penalti, la cosa acabó en tarjeta para el asturiano ante la estupefacción general. El gremio arbitral puede dormir tranquilo: las nuevas generaciones no desmerecen. La leyenda continúa.

El empate al descanso convirtió una noche fría en gélida. El Atleti, ante la bronca de su harta afición, regresó temblando del vestuario y el Levante olió la sangre, liderado por Barkero, futbolista con una carrera por debajo de su nivel. En cinco minutos, los granotas tuvieron una ocasión clara (Xavi Torres remató mal) y otra inmejorable. Miento. Hubiera sido mucho mejor si el portero rival fuera otro. Pero era Courtois. La mano con la que le rebañó un balón imposible a Valdo debería exponerse en el museo del Calderón.

El milagro del belga resucitó al Atleti y con él se agigantaron Arda y Diego, un dúo fabuloso cuando ambos están inspirados (algo casi permanente en el turco). Ayer las musas estaban activas. Primero creó el brasileño, con un pase de cine a Adrián, que respondió con un control a la altura y una definición imprecisa. Cuando afine los mano a mano... Pero su error quedó en nada al lado del de Salvio, al que le cayó el rechace y, con la portería vacía y tiempo de sobra, tiró fuera. Inverosímil. A los dos minutos, inventó Arda y Venta sacó bajo palos el tiro de Diego. El miedo crecía, pero entró Reyes. Y empezó el festival.

Locura.

La tranquilidad del 1-0 (67'), le duró un suspiro al Atleti, porque su defensa retomó viejas costumbres y empezó a liarse sola. Barkero, listo y hábil, le regaló el empate a Xavi Torres en el 72'. En ese momento, el Calderón era un patíbulo y Manzano sólo esperaba una amnistía de última hora. Se la concedió Arda, que se fue de Nano y sacó un centro delicioso desde la línea de fondo. El balón sobrevoló a Munúa antes de caer, mansamente, en la cabeza de Adrián. Golazo.

Diego cogió el relevo y aprovechó un mal pase atrás de Venta para hacer el 3-1. Luego dejó el detallazo de la noche con un taconazo de fantasía que acabó en paradón de Munúa a Pizzi. Aún marcaría Rubén el 3-2, pero ya no quedaba tiempo. Manzano llegará al derbi y allí será lo que la vida quiera. O Reyes.