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Un portero de leyenda | La intrahistoria

"Iker siempre aparece cuando le necesitas"

Amieiro fue su entrenador durante casi diez años

Agustín Martín
Actualizado a
<b>MAESTRO Y ALUMNO. </b> Amieiro y Casillas han trabajado juntos durante casi una década, formando un binomio espectacular en cuanto a resultados obtenidos.

Durante casi una década y desde que el portero era muy joven, Manuel Amieiro Vaquero (Madrid, 23 de octubre de 1953) se encargó del entrenamiento específico de Iker Casillas bajo palos. Quizá sea la persona que mejor conozca sus virtudes y defectos: "Desde pequeño lo que más me llamó la atención fue su serenidad, no se desanimaba nunca y siempre aparecía en los momentos clave. Ya mostraba esa madurez competitiva en edad infantil. Eso es lo que le hace diferente. Cuando su equipo le necesita, siempre aparece. Eso, además, le ha hecho crecer tanto en su equipo como en la Selección".

Para explicar su evolución, Amieiro no duda en señalar un cambio trascendente: "Ha dejado de tirar de su condición física por una mejor colocación y una mayor experiencia. Por ejemplo, la parada ante Perotti en Sevilla fue muy llamativa porque dio la vuelta al mundo por la televisión, pero yo he visto intervenciones suyas con apenas 16 años en el campo del Puerta Bonita más difíciles que ésa. Incluso en Éibar vi otra más espectacular. ¿Su secreto? Tiene tanta agilidad que le permite modificar la situación: tiene una gran capacidad de reacción y cuando la requiere, siempre toma la decisión correcta. Maneja una concepto básico: la rapidez en la toma de decisiones, y en ese aspecto es muy eficaz, es especialmente resolutivo".

Aparte de esa cualidad latente, Amieiro resalta que "hay cualidades innatas y habilidades que se pueden entrenar, pero cuando uno está en la élite, eso se desarrolla mucho mejor y más rápido".

Cualidades. Continúa el preparador: "Por ejemplo, cuando empezó, el juego aéreo no era su punto fuerte, al igual que con los pies, pero con trabajo y experiencia ha ido progresando, sobre todo, por su buena coordinación y por su perfeccionamiento espacial, es decir, ha ido mejorando el control de las distancias".

"Casillas se ha ganado el respeto de todos por sus títulos. Cuando manda a un compañero lo está haciendo el campeón del mundo, de Europa, Champions, Ligas... A eso hay que ha sumarle su eficacia, su comportamiento tanto dentro como fuera del campo y la imagen que ha transmitido. Aparte, deja un legado intangible, que es la confianza de los clubes en la cantera". Su definición es rotunda: "Tiene un nivel alto porque es especial".