España infligió a los pross la primera derrota fuera

La primera derrota de Inglaterra fuera de las islas británicas fue en su primer partido contra España y después de un choque épico, jugado bajo un intenso calor, el 15 de mayo de 1929, festividad de San Isidro, en el estadio Metropolitano de Madrid.

Un periodista bilbaíno, José María Mateos, había sido nombrado seleccionador un año antes. Mateos tomó del Madrid la base para España: Quesada, Prats, Peña, Lazcano y Gaspar Rubio. Para completar llamó a Zamora y Padrón, del Español; Marculeta y Yurrita, de la Real; Goiburu, de Osasuna, y Quincoces, entonces en el Alavés.

La expectación estaba justificada: Inglaterra llegaba con más de 160 encuentros internacionales y un balance en el continente de 23 partidos jugados, 22 triunfos y un empate (ante Bélgica, 2-2). Para España era el partido 33. A los 20 minutos, Inglaterra ya se había puesto 0-2 y se mascaba la goleada. Pero apareció el Mago Gaspar Rubio, que aprovechó una indecisión de Hufton e inició la remontada. Lazcano empató con un disparo que primero dio en el poste. Al descanso, 2-2. En un córner, se adelantaron de nuevo los ingleses. Volvió a marcar el rey del astrágalo de cabeza y el público invadió el campo por la emoción. Nada más reanudarse el partido, llegó el delirio: Goiburu marcaba el 4-3 con un tiro extraordinario.

Los españoles salieron a hombros y los pross inventaron mil excusas: hacía mucho calor, el campo estaba seco, faltaba el goleador Dixie Dean y el técnico Mr. Pentland había asesorado a los españoles. Era la primera vez y dolió. Tanto que nos metieron 7-1 en la revancha, disputada en Londres.

Después llegó otra victoria sonada, la del gol de Zarra en el Mundial del 50. Y también son muy recordados los triunfos de España en Wembley en 1981, el día que liberaron a Quini, y en 2007, con gol de Iniesta en Manchester, cuando nació el tiqui-taca.