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Amistoso | Real Sociedad 4 - Racing 0

Sigue el estado de depresión

Colsa reaparece con nota, pero no frena otro caos del Racing en Tolosa

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Sigue el estado de depresión
serrano arce

Igual llevaba razón Héctor Cúper y es mejor no jugar amistosos. Ésta era una magnífica ocasión para probar nuevas estrategias o levantar el ánimo. Y no se vio apenas lo uno ni se consiguió lo otro. El Racing cayó en Tolosa tras un arranque inesperado. De lo mejor de la temporada. Pero tan poco acostumbrado está a gustarse que no acabó de creerse su papel y volvió pronto a sus miserias de siempre. Colsa y Luque habían emergido como líderes de los brotes verdes pero, una vez más, los desajustes en defensa ayudaron a anular la resurrección de un equipo plagado de reservas. Un fallo en la marca entre Bernardo y Picón habilitó a Sarpong para hacer el primer tanto tras un gran centro de Xabi Prieto. La falta de contundencia de Osmar en otra rosca desde el lado opuesto regaló un rechace a Llorente en el segundo.

Hasta ese excesivo resultado, el Racing llegó aireando las carencias ya conocidas de velocidad y toque pero con una novedad milagrosa: la movilidad de Colsa abre caminos. El ramaliego se estrenaba después de seis meses convaleciente. Y su aportación fue esperanzadora. Da soluciones en la salida de balón y sabe descolgarse en ataque dando opciones de pase y rompiendo líneas enemigas. Algo que hasta la fecha sólo se atrevía a hacer Adrián. Colsa cumplió con su papel hasta que el físico le recomendó dosificarse. Con su vuelta, Munitis pareció animarse. Es lo que tiene ver, por fin, sano a un amigo. El capitán abandonó la banda y fue delantero. Gustó su nervio y su descaro. Lástima que su acompañante, Ariel, no atinara ni a apartarle rivales. Munitis fue precisamente el primer protagonista del encuentro. Llegó a marcar un bonito gol al aprovechar un centro medido de Christian en una contra iniciada por Serrano. El colegiado pitó mano cuando pareció pecho. Sea como fuere, no valió.

Tarde gris.

En la segunda mitad el ritmo fue mucho menor entre la penumbra del vetusto campo. Ifrán pudo variar el marcador varias veces. Su falta nada más salir fue un obús, y la reacción de Sotres tuvo la velocidad de un rayo. Al final estrelló otro zurdazo en el palo. Sin embargo, Bernardo pidió protagonismo con la dirección opuesta. Metió en su propia portería un centro al limbo de Carlos Martínez y engañó después a Sotres al no despejar en el cuarto tanto. Ése fue el colofón de otro gris partido del Racing. Sólo faltó la música de Benny Hill.

El carrusel de cambios fue en contra del espectáculo. Aunque vino bien a Cúper para digerir el cúmulo de errores. Ya puestos, los dos técnicos podrían haber apalabrado otra regla. Total, ambos equipos llegaron a jugar una pachanga de tres tiempos hace sólo un año. La idea esta vez tendría que haber sido intercambiar jugadores. Así, Racing y Real dejarían de sufrir. Sería tan simple como poner a Llorente en el remate cántabro para paliar su alarmante ausencia de pegada y a Munitis de blanquiazul para imprimirle al colista de Primera el carácter que le falta.

La propuesta le parecería descabellada a Cúper, aunque no tanto mostrar en sociedad otro de los planes que tiene en mente. Marc Torrejón probó de mediocentro. Y con eso, está todo dicho. Cualquier rezo es poco.