Pese al brote de paperas, el Hércules-Murcia no peligra

El partido Hércules-Murcia, previsto para el sábado en el estadio Rico Pérez no corre peligro de ser aplazado pese al brote de paperas que ha surgido en el seno de la plantilla alicantina, informaron fuentes del club.

El Hércules sólo cuenta con dieciséis jugadores profesionales para afrontar el envite ante el Murcia debido a cinco bajas, dos de ellas (David Aganzo y Míchel Herrero) tras haber contraído paperas en los últimos días.

El conjunto alicantino ya sabía que no iba a poder contar para el encuentro con los centrocampistas Abel Aguilar, concentrado con la selección nacional de Colombia, y Carlos Calvo, por sanción; así como tampoco con el delantero Jorge López Marco ''Tote'', quien ultima su puesta a punto tras sufrir una grave lesión de rodilla.

A estos tres jugadores se les unió el último fin de semana el delantero David Aganzo, quien tras haberse recuperado de una lesión muscular contrajo paperas, ni con el centrocampista Míchel, quien no se ejercitó ya el miércoles.

El virus podría haber llegado al vestuario del Hércules a través de jugadores del equipo filial, que también se han visto afectados. Uno de esos canteranos, Pepe Sellés, suele ejercitarse de manera habitual con el primer equipo y de ahí podría haberse producido el contagio.

Tanto Aganzo como Míchel se encuentran aislados en sus casas, mientras que al resto de componentes del equipo se les ha aconsejado, entre otras cosas, que sólo beban de agua de sus respectivas botellas y que se laven las manos frecuentemente.

En un principio, se confía en que no se den más casos de paperas en la plantilla del Hércules y que, más allá de las bajas ya confirmadas, el conjunto alicantino pueda jugar el partido ante el Murcia con normalidad.

No obstante, dado que se trata de un virus que se incuba dos semanas antes de que aparezcan los síntomas, existe la posibilidad de que en los próximos días haya algún jugador más se vea afectado.

Si se diera ese caso, el club ya empezaría a estudiar la posibilidad de solicitar un aplazamiento del partido, algo que en estos momentos parece improbable.