Mediodía en el jardín del Madrid supersónico

Hora de misa, de aperitivo temprano, de desayuno tardío, de resaca, de brunch (breakfast + lunch), de partido con los amigos, de cine de niños, de paseo con la familia y hora de fútbol de Primera según los husos de Japón y el meridiano de Pekín. Algunos despistados que pasen por La Castellana se sorprenderán del bullicio en el Bernabéu. Los fieles de las parroquias de Guadalupe y los Sagrados Corazones no encontrarán dónde aparcar, bienaventurados los pacíficos.

Real Madrid y Osasuna juegan este mediodía y la novedad en el programa se celebra con un lleno. Los indignados con los horarios trasnochadores también se manifiestan hoy en el Bernabéu. Esta mañana somos más europeos, más asiáticos y, pese a todo, más sensatos: no en vano los equipos de fútbol se entrenan a estas horas razonables.

Repasado el escenario y el ángulo de los rayos solares (pocos habrá), conviene recordar que el Real Madrid estrena liderato, Bota de Oro de Cristiano y debut en la lista de Sahin, ese futbolista que está llamado a ser la aceituna del Martini. Ambiente de fiesta, por tanto, con las bajas ejerciendo de rotaciones naturales (Carvalho, Kaká, Marcelo) o de condenas a galeras (Altintop y Granero se quedaron fuera por decisión técnica).

Lastre. Frente a ese Madrid supersónico (vuelve Higuaín) se presenta Osasuna. Con nueve bajas, ocho lesionados y un sancionado, Cejudo, que en el castigo lleva la penitencia. Se quitó la camiseta tras marcar un gol al Levante y a los 600 euros de multa de la Federación, su enojado club añadió 3.000 más. Buenas piernas y mala cabeza.

Más allá de tanta contingencia maléfica, Osasuna llega con razones para intentarlo: sólo ha perdido dos partidos en lo que va de Liga y en su última visita al Bernabéu cayó 1-0, el mismo resultado que se repitió en el Reyno, pero a favor de los rojillos.

En su afán por sorprender al Madrid, Osasuna tendrá que concentrarse, básicamente, en dos futbolistas: Sergio Ramos, transformado en piedra filosofal, y Khedira, convertido en Land Rover. Si pese a todo no hace girar su destino, que sonría. En China observan.