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champions | Viktoria Plzen-Barcelona

Intrahistoria: los años que Nedved vistió de azulgrana

Guillermo G. Uzquiano

Cheb es una ciudad medieval a sólo diez kilómetros de la frontera con Alemania. Allí en 1972 nació Pavel Nedved aunque sólo porque en Skalná, el pequeño pueblo de 2000 habitantes donde vivían sus padres, no había hospital. Junto a su inseparable amigo Tomas Pecek jugó en varios equipos de la zona hasta que con quince años llamó la atención del Viktoria, entonces en Segunda. "Yo no quería que se fuera, era muy joven. Pero él tenía mucha ilusión, así que se marchó a estudiar y a jugar allí", recuerda su madre Ana.

En Plzen, a cien kilómetros de su pueblo, un histórico entrenador del club, Josef Zaloudek, le acogió en su casa y le adoptó como pupilo: "El resto de chicos de vez en cuando salía a divertirse pero él no. Josef descubrió su talento y pensó que con mano dura podría salir una estrella", según Jiri Schuster, otro de los técnicos de aquella época. Nedved ya demostraba entonces las características que le acompañaron durante toda su carrera: "Jugaba con chicos dos años mayores que él pero no regalaba nada. Era un 'bulldog', corría sin parar. Y luego le pegaba muy bien con las dos piernas", recuerda Schuster.

Nedved llegó a debutar con el primer equipo pero enseguida se marchó. En esa época, en Checoslovaquia los jugadores todavía estaban obligados a cumplir el servicio militar y sólo algunos equipos profesionales permitían compaginarlo. El más prestigioso era el histórico Dukla de Praga, donde Pavel llegó con 18 años. La Eurocopa del 96, la liga italiana, el Balón de Oro... todo eso vino después. El origen estuvo en Plzen.