Iraizoz frenó al Sporting

El Sporting y el Athletic protagonizaron un empate con mucha intensidad, en un partido disputado en horario chino, en el que los gijoneses hicieron más méritos para ganar que los bilbaínos, que en la última fase del partido dieron imagen de acusar cansancio. En líneas generales, el partido fue bonito y emocionante.

Preciado no pudo contar con Cases, lo que solucionó con la entrada de Eguren. Bielsa utilizó a los previstos, con Iturraspe en la función del sancionado Javi Martínez y Ander Herrera como galvanizador del juego ofensivo en el centro del campo.

El inicio del encuentro tuvo intensidad por ambos bandos, con más posesión del Atheltic, ya que el Sporting de Preciado optaba por regalar el balón al contrario y esperar algún contraataque. El primero fue en el segundo minuto, en una acción en la que Barral hizo un quiebro ante Ekiza, pero su disparo salió muy desviado.

El conjunto de Bielsa llevó el peso del encuentro, pero sin encontrar espacios libres. Los asturianos cerraban casi a la perfección las filas defensivas, sin dejar huecos. Llorente estaba muy vigilado y Muniain, otro de los temores de los gijoneses, se encontraba con uno o dos rivales para cortarle las alas, incluso cuando trataba de utilizar el juego interior.

El primer tiempo fue de control del Athletic, pero casi sin ocasiones de remate. Sólo dos intentos, en los que Juan Pablo estuvo bien posicionado. Los gijoneses tenían más llegada, pero de forma intermitente y con poca precisión en los metros finales. Además, Iraizoz estuvo plenamente acertado en las tres ocasiones de remate. El guardameta navarro detuvo un disparo de Barral y luego se lució de forma espectacular en tiro de Rivera.

La jugada polémica llegó al cuarto de hora, pero el quiebro de Barral ante San José fue interpretado por el protestado José Luis González como un tropezón del delantero. Tampoco vio punibilidad en un rebote al antebrazo de Eguren cuando se extinguía el primer tiempo.

Doble esfuerzo.

En el descanso fue sustituido el lesionado Ekiza, con variantes posicionales en el equipo de Bielsa, pero sin modificar el dibujo táctico. Aurtenetxe pasó a central, De Marcos al lateral zurdo, Susaeta se cambió a la izquierda, Toquero entró en la derecha y Muniain se desplazó a la media punta. Bielsa buscó dar otro aire al equipo con David López. Y fue providencial, porque un saque de esquina ejecutado por el recién entrado en juego fue rematado por Susaeta, que se había escapado del marcaje de Lora, para inaugurar el marcador.

La ventaja permitió a Bielsa reservar al dolorido Llorente, luchador sin suerte, y Preciado reaccionó al instante con un cambió más ofensivo. Retiró a Rivera, retrasó a André Castro y metió a Bilic en el ataque, junto a Barral. El croata logró la igualada, en un potente disparo de lejos, que tocó en Barral, para superar a Iraizoz.

El empate de Bilic dio alas a los rojiblancos, mientras que el Athletic, que empezaba a dar muestras de cansancio, daba por bueno el empate. Pudo marcar Barral, pero Iraizoz hizo la parada del partido para evitar el triunfo local. Tuvo otro remate de gol Eguren, pero su compañero Luis Morán le estorbó. No faltó la tercera polémica, en un rebote en el brazo de San José, que José Luis González no apreció.

El Athletic se mostró más tranquilo en los últimos compases, para conservar la igualada, mientras que los de Preciado se perdía en un ímpetu poco controlado, pero que era suficiente para crear complicaciones a la zaga bilbaína. Al final se llegó con un empate, del que Iraizoz tiene un mérito especial para evitar que el Sporting, que hizo más merecimientos, pudiera sumar otro triunfo.

El detalle: sucesión de contratiempos

Preciado no pudo contar con Cases, quien hoy será sometido a una resonancia, ya que se teme que tenga una rotura de fibras. En el bando local Lora pidió el cambio y en el Athletic hubo hasta tres lesionados: De Marcos, con un fuerte golpe en el hombro; Ekiza y David López, los dos con sendos esguinces de tobillo que les hacen ser duda para Salzburgo.