Iago Aspas acaba con la maldición de los filiales

Han tenido que pasar 33 meses para que el Celta volviera a celebrar un triunfo ante un filial. La maldición se rompió ayer en la Ciudad deportiva del Villarreal, en un partido absolutamente loco, un regalo para los espectadores, un sufrimiento para los entrenadores. Las tácticas se rompieron en el primer minuto, cuando Bermejo aprovechó un preciso centro de De Lucas para batir a Diego Mariño a bocajarro. Los locales acusaron el golpe y sufrieron de lo lindo en los primeros compases para detener las internadas de un Iago Aspas que no conoce límites. Su estado de forma ya no parece algo eventual. Ya estamos hablando de la estrella del Celta. Con todas las letras.

Sin embargo, los minutos pasaban y los de Paco Herrera, a pesar de la mínima renta, empezaron a confiarse en demasía. No mataron el partido y creyeron que podían vencer con la ley del mínimo esfuerzo. Craso error. Y es que enfrente se encontraba el depredador de Segunda. Joselu lideró el despertar del Villarreal B y aprovechó la primera oportunidad que tuvo para igualar el choque. Al filo del descanso, el máximo goleador de la categoría se consolidó en el primer puesto al aprovechar un grave error de Catalá. El central quiso sacar el balón jugado. No supo hacerlo y aún por encima dejó huérfana su zona.

Avalancha.

Tras el descanso, los de Herrera cambiaron el chip y se lanzaron al ataque. Sin embargo, fue el Villarreal B el que pudo sentenciar el partido en los primeros minutos de la reanudación. Yoel evitó el hat-trick de Joselu con una mano prodigiosa. La entrada de Orellana en el campo dio más profundidad al ataque vigués. Los celestes tuvieron numerosas ocasiones para empatar y varias de ellas muy claras. Los segundos corrían y todo hacía indicar que la maldición de los filiales seguiría creciendo. Pero nada se puede presuponer cuando Iago Aspas está en el campo. Esta vez no tuvo que hacer ninguna genialidad para marcar, sólo estar en el sitio adecuado en el momento preciso. El moañés mostró su mejor faceta de nueve y supo aprovechar los regalos de De Lucas y Orellana, que también fueron claves en la remontada.

Álex fue baja a última hora

Álex López iba a conformar pareja con Borja Oubiña en el doble pivote, pero Paco Herrera tuvo que cambiar sus planes a última hora. El ferrolano sufrió una gastroenteritis antes del encuentro y no estuvo a disposición del técnico, quien optó por incluir a Natxo Insa en el once.