Liga BBVA | Atlético - Zaragoza
El juicio a Manzano
El técnico estará sentenciado si no gana al Zaragoza
Nueve jornadas han bastado para que Manzano ponga en juego su empleo. La fuerza de la gravedad es mayor en el Atleti que en el resto del planeta: los proyectos caen más rápido y se aplastan contra el suelo, amontonándose unos encima de otros desde hace ya demasiados años. Siempre paga el entrenador, por supuesto, pese a que problemas claves como la huida de estrellas, la tardía llegada de sustitutos, la perpetua mediocridad de los mediocentros o que sólo Falcao tenga gol deberían cargarse a la cuenta de sus superiores. Da igual. El que hoy se somete a juicio es Manzano: si no gana al Zaragoza está sentenciado.
No está libre de culpa el jiennense, cuyas rotaciones han desquiciado a la plantilla y que no ha encontrado recursos cuando el plan A ha fallado. En el que puede ser su último once se esperan dos cambios sintomáticos del caos y la crisis: vuelve Domínguez, sorprendentemente olvidado pese a los estropicios de Godín y Miranda. Y se cae Reyes, que sólo ha sido capaz de ser noticia cuando respondió a un cambio merecido como un niño mimado. Si el utrerano se ha autodestruido o el técnico no ha sabido implicarle, es un tema a debatir. Seguramente, cincuenta-cincuenta.
Los visitantes.
Como posible verdugo, llega Aguirre, el malabarista que más logró resistir sobre la tambaleante cuerda del Manzanares. Su Zaragoza (o el de Jorge Mendes, que tendrá el corazón partido con tanto cliente) llega tras dos derrotas y es uno de los equipos más goleados de Primera (17), pese a que tiene a un portero notable como Roberto. Hoy veremos si es la medicina para la sequía del Atleti o es éste la solución para la fragilidad del Zaragoza. En ataque, Postiga parece haber despertado y, por detrás tiene talento en titulares y suplentes: Luis García, Lafita, Barrera, Juan Carlos o el cedido Micael (sería tan del Atleti...).
Para salvar a Manzano tendrán que despertar sus generales: Falcao, Diego y Arda. Y hacerlo pronto, porque ni día de las Peñas ni nada. El Calderón ha agotado su paciencia. Hoy, nada de fiesta, toca juicio.