Acciari fue cruel con el Huesca en el descuento

La suerte y la mala suerte en el fútbol la marcan las dinámicas de cada escuadra y la del Huesca es negativa desde hace algún tiempo. El Elche jugó en la tarde de ayer durante toda la segunda parte con un jugador menos por la expulsión de Héctor Verdés, pero los de Bordalás están curtidos en mil batallas. Durante ese tiempo tiraron de experiencia y esperaron su oportunidad, que llegó en el añadido del partido cuando Acciari marcó tras un saque de esquina.

Esa fue la resolución más cruel a un partido muy trabado durante los 90 minutos. El juego directo fue el estilo de fútbol más utilizado a lo largo del encuentro por ambos contendientes, con muchas faltas por parte de los dos equipos. Las ocasiones en la primera mitad llegaron a cuentagotas, consecuencia lógica a las sólidas defensas armadas en cada área, en la que los protagonistas fueron los cuatro centrales que mostraron su poderío en el juego aéreo. Precisamente, el defensa del Elche Héctor Verdés fue expulsado por una agresión justo en el momento en que la primera parte llegaba a su fin. Ahí comenzaba la cuesta arriba para el Elche y crecía la ilusión local, que veía como podía estar cerca la primera victoria en casa.

Impotente.

En la segunda parte el Huesca salió a por el partido y Quique Hernández sacó de inicio a Toni y Sastre para dar profundidad y control del balón a los oscenses. Los azulgranas acorralaron durante muchos minutos al Elche y las mejores ocasiones locales llegaron con un córner olímpico de Camacho que dio en el palo, un tiro de Tariq que sacó Juan Carlos de la misma escuadra y un remate de Roberto que no encontró portería.

Los de Bordalás supieron esperar su momento que llegó en el añadido. Antes, Albacar tuvo la más clara con un libre indirecto dentro del área que mandó alta el lateral del Elche. Cuando el empate parecía sentenciado el Elche fue a por el partido y tras una gran parada de Cabrero llegó un saque de esquina fatídico para el Huesca en el que Acciari marcó de cabeza. Un mazazo para el Huesca y su afición y un balón de oxígeno para los ilicitanos, que lo celebraron a lo grande.