Garrido se la juega ante un Rayo con la duda de Lass

Cuando se ratifica a un entrenador en su puesto, eso quiere decir que la soga está más cerca que nunca de su cuello, por eso Garrido sabe de la importancia del choque ante el Rayo. El Villarreal va a morir con las botas puestas fiel a su estilo de toque (el que le llevó a cotas altísimas), aunque a esta manera de entender el fútbol ahora se le tiene que unir el coraje y el orgullo para salir del descenso y para recuperar la confianza. Vamos, todo lo contrario que el Rayo, quien llega al choque a un punto de puestos europeos (si lo del Levante es de matrícula de honor, lo del Rayo por lo menos es de notable alto), con la moral por las nubes tras pasar por encima del Betis y Málaga y con ganas de que El Madrigal eché hoy un cable si las cosas se tuercen para el Submarino.

Sandoval cambiará pocas cosas porque cuando las cosas funcionan bien por qué tocarlas. Esperará hasta última hora a ver si el tobillo del guineano Lass está para dar guerra (si no en la recámara aguarda el ex del Liverpool, Pacheco). Casado regresará al lateral izquierdo, mientras que arriba Piti y Tamudo llevarán todo el peso ofensivo.

Rossi, seis meses.

El Villarreal afrontará su primera final sin sus mejores mimbres: sin Nilmar ni Rossi (como si al Madrid le quitan a Benzema e Higuaín) y esto llevará a De Guzmán a la mediapunta para que enganche arriba con el joven Marco Ruben, ¡vaya papel tiene por delante! El Submarino quiere reponerse de su peor arranque en Primera y para ello Garrido recupera la sabiduría de Senna y seguirá apostando por el toque de Bruno, Borja y Cani. Se espera una tarde de cuchillos largos.