Llorente y Falcao no fallan

Athletic y Atlético emprendieron este verano sendos cambios de modelo hacia estilos más atractivos. Tras un par de meses, ambos han llegado a un mismo destino (mitad de tabla) aunque por caminos opuestos: los de Bielsa, de la nostalgia de la era Caparrós a la esperanza (siete puntos de los últimos nueve) y los de Manzano de la euforia a la depresión (seis partidos sin ganar).

San Mamés ha recuperado la fe en el famoso modelo Bielsa gracias a una ley tan antigua como el fútbol: dénsela al bueno. Así que Muniain agarró la pelota hace varias jornadas y sólo la ha soltado para marcar goles o dárselos a un compañero. Su transición de promesa a estrella está completa. También ha influido la aclimatación (o resignación) de Javi Martínez a su nuevo rol de único pivote, limitando así aquellas llegadas que tanto daño hicieron al Atleti en los últimos tiempos. Y el tercer pilar, Llorente, anda a vueltas con una incómoda lesión de rodilla que le permitirá jugar hoy, aunque es una incógnita cuánto tiempo aguantará.

Alivio. Otro que finalmente jugará es Falcao, que superó una gastroenteritis. Su presencia es fundamental porque es un filón para los chistes sobre el Tigre y los Leones y porque si a este Atleti sin gol le quitas al colombiano, se convierte en una pistola de agua... sin agua. Dijo ayer Manzano que el Atleti "siempre ha ido a por la victoria". Y es cierto, Camp Nou al margen. Pero por más que va, no encuentra el camino y su juego de toque carece aún de la chispa que Diego, Arda y Reyes deberían darle. Y pronto.

Resulta curioso que el Atleti someta a juicio sumarísimo su nuevo estilo en el estadio donde más brilló el antiguo, aquel que consistía en nueve rezando y Kun y Forlán inventando. Los tiempos han cambiado y las intenciones son mejores, pero los resultados aún están por ver.