Un gol de Ángel rescata de la depresión al Elche

Aunque no llegó a ser un golpe de autoridad, el triunfo del Elche ante el Xerez vale su peso en oro. Deja atrás una racha de cinco jornadas sin ganar y, al mismo tiempo, confirma la mejoría experimentada en las últimas jornadas de Liga. El solitario gol de Ángel permite al Elche recuperar la autoestima. Esta vez le acompañó la suerte que, quizás, le faltó en citas anteriores. El Xerez pagó los platos rotos de los últimos malos resultados.

La crónica del encuentro se puede resumir en dos minutos. Fue el tiempo que tardó el árbitro en anularle un gol legal a Tato, por un inexistente fuera de juego, y Ángel en marcar un tanto, en la siguiente acción, que relanza las opciones de su equipo en la lucha por los puestos de ascenso a Primera División. Son sólo tres puntos pero los ilicitanos recuperan la sonrisa a costa de su rival, que mereció más a pesar de las importantes bajas, José Mari y Rueda, con las que afrontó el encuentro.

El Elche recordó al de las mejores tardes en el arranque del partido, con una presión asfixiante y rápidas transiciones hacia el área de Doblas. Todo el juego pasó por las botas de Jorge Luque. Demostró que éste era un partido especial para él y lo hizo casi todo bien. El gol fue gracias una recuperación del cordobés en la zona de tres cuartos, en una mala salida con la pelota del Xerez. Ángel hizo buena la tercera que tuvo. Los xerecistas no se lo creían, más aún tras haber visto cómo Sureda Cuenca les birlaba un tanto que podía haber cambiado el decorado del partido.

La segunda parte fue un querer y no poder del Xerez. Ahí volvió a aparecer el Elche de la temporada pasada. Defendiendo con todo la mínima renta, dejando morir el partido y disponiendo de varias contras claras (Palanca, Linares y Ángel) para sentenciar el resultado. La entrada de Acciari también ayudó a cuadrar el guión. A pesar de ello, los de Merino merodearon con peligro el área de Juan Carlos y sonó la música de viento desde la grada. Eran los nervios, más propiciados por la exigua renta que por las oportunidades del rival. Al final, tres puntos para hacer borrón y cuenta nueva.