NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Roberto

"Yo era la gallina de los huevos de oro para la prensa portuguesa"

Roberto protagoniza los partidos del Zaragoza con sus paradas, su 1,92 de estatura, su 46 de pie, su cabeza bien amueblada y una experiencia impropia de sus 25 años.

Roberto.
miguel bellver

A sus 25 años su carrera es una montaña rusa: cesiones, lesiones, portadas, viajes, fondos de inversión...

Pues sí. Uno debe sentirse a gusto y encontrar su estabilidad. En el fútbol se cambia mucho y hay cierta soledad. Además, en la portería es donde más acusada es la competencia con el compañero y debemos ayudarnos más. Pero no me he aburrido, no.

Dicen que cada persona tiene un sitio en el mundo. ¿El suyo es Zaragoza?

Sin duda. Para mí Zaragoza es continuidad y estabilidad. En mi primera etapa aquí crecí y gané confianza, que al final es lo que busca un portero.

Y salió vitoreado e incluso derramando lágrimas.

Sí. Conseguimos la permanencia en el último partido y cuando la gente comenzó a corear mi nombre me emocioné.

En su siguiente equipo casi llora, pero de rabia...

Le diré que quise quedarme en Zaragoza porque en el Atlético no iba a tener protagonismo, pero surgió la opción del Benfica. Esperaba noticias de la negociación entre Atlético y Zaragoza cuando mi agente me contó una mañana que el Atlético lo tenía cerrado con el Benfica y firmé por la tarde.

Su llegada al Benfica no auguraba la pesadilla que fue.

Como campeón de Liga estaba clasificado para la fase de grupos de Champions y pensé, 'buen sitio para demostrarme a mí mismo que puedo ser alguien en el mundo del fútbol'.

¿Es cierto que le recomendó Cristiano Ronaldo?

Imagino que le gustaría el partido que jugué contra él en La Romareda en 2010 y habló bien de mi. Le honra.

Pero al final fue un infierno.

No, hombre, no. No empecé bien, para qué engañarnos. Generé dudas en pretemporada y eso desató un ataque directo de la prensa contra mí. Al principio me sorprendió esa agresividad hacia mi persona, pero luego me di cuenta que son extremos en lo bueno y en lo malo. Era la gallina de los huevos de oro para la prensa portuguesa. No estaba acostumbrado a verme en las portadas. Y eso que también las hubo buenas, pero las malas llegaron primero a España.

¿Qué efecto tuvieron entre sus compañeros? ¿Pesaron?

No es edificante ver tus fallos en los informativos. En el campo recuerdo la mirada de algún compañero... Pero somos profesionales y debemos soportar el elogio y la crítica. Lo pasé mal por mi familia, que estaba lejos y preocupada. Ahora sé que todos aprendimos con aquella experiencia. Ellos a blindarse y yo a saber manejar la presión.

¿Qué se piensa cuando te mandan al banquillo siendo un fichaje estrella del equipo?

Esa parte es la peor. Ocurrió en la tercera jornada. Salté al campo y enfilé el banquillo. Estaba sentando allí pensando 'ahora a empezar de cero, a trabajar hasta que escampe' cuando el árbitro pitó penalti y expulsó a mi compañero. Si algo he aprendido estos años es que las cosas pasan por algo. Salí, paré el penalti y aquello fue un punto de inflexión. Cambió mi suerte.

Su suerte y las portadas...

Y las portadas, jajaja.

¿Cree en la suerte?

Un portero sin suerte es como un portero sin defensa. La suerte está ahí. El trabajo no hace que el día que te sientan en el banquillo expulsen a tu compañero, te piten un penalti y lo pares. Hay golpes de suerte y debes aprovecharlos.

¿También fue un golpe de suerte debutar en el Atlético siendo portero del juvenil?

Nunca deseas que un compañero se lesione, pero para llegar arriba hacen falta golpes de fortuna. Cuando estás en las inferiores, al final se produce un embudo por el que pasan pocos al primer equipo.

¿Qué recuerda de aquel día?

Debuté en Primera en el Reyno de Navarra, con el campo helado, el día de la Lotería.

Sin embargo en el Atlético no le tocó ni la pedrea.

En el Atlético no tuve suerte. La temporada que milité en la primera plantilla, me lesioné justo cuando tuve mi oportunidad en Champions, ante el Oporto. Y apareció De Gea. Pero como me gusta ver la botella medio llena suelo decir que gracias a aquello pude llegar al Zaragoza.

¿Qué me puede contar del famoso fondo inversor que le ha llevado al Zaragoza?

Eso se lo debe preguntar a mi agente. A mí me dijeron que el Zaragoza me quería fichar y que todo estaba OK. Imagine, yo encantado.

¿No le extrañó que pagase 8,5 millones por usted estando en concurso de acreedores?

Ya le digo que es cosa de mi agente. Yo soy portero.

Al menos dígame ¿qué le parece el asunto de la Ley Concursal y la situación de los impagos en el fútbol?

Uno firma un contrato con la intención de que se cumpla, ¿no? No me parece bien.

Hablábamos del Atlético. ¿Tiene una espina clavada?

¿Quién yo? ¿Por qué? Al revés, le estoy muy agradecido. Soy el portero que soy gracias al Atlético. Estuve allí de los 10 a los 24 años. Que no tuviera la posibilidad de estabilizarme en la primera plantilla es culpa de las circunstancias. Me gusta que gane el Atlético. Hice grandes amigos allí.

¿Es cierto que Sergio Asenjo le llamaba para animarle cuando estaba en Portugal?

Sí. Le conocí en la Sub-21 y pasé con él un año en el Atlético. Es un porterazo, gran persona y un buen amigo.

¿Estamos viviendo la mejor generación de porteros de la historia del fútbol español?

Si no es la mejor, al menos estamos en buen momento. Están Iker, Víctor, Reina y Diego López, Javi Varas... pero también viene empujando fuerte la generación nueva con De Gea, Guaita... Afortunadamente se reconoce a los porteros españoles. En estos tiempos no tendría sentido fichar a veteranos extranjeros como ocurrió en otros tiempos con Hesp, Illgner, Rustu...

Hasta el Madrid ha preferido a Adán antes que a Dudek.

Es lo que te digo. España tiene talento en la portería. Hay que aprovecharlo. Los clubes se han dado cuenta de que porteros de 20 o 21 años son competitivos en la élite.

¿Quién es su referente?

Palop y Víctor Valdés, por su evolución espectacular como portero. De hecho, estoy convencido de que la explosión del Barcelona se debe explicar desde la evolución de Víctor. Cómo juega más alejado de la portería, cómo ha mejorado el juego de pie... De los de antes me gustaban Molina, por su altura y su seguridad, y Cañizares, con quien me identifico en su forma de moverse.

No ha hablado de Iker Casillas. Me extraña.

Es que Iker trasciende a eso, es un icono mundial. Y se lo ha currado. Para mi generación es un referente. Que la cara de La Roja sea su portero, asegura generaciones de porteros en el futuro. Para nosotros es un gran síntoma.

¿Qué virtud destacaría como portero del madridista?

Su potencia de piernas. Es descomunal.

Como portero, ¿es de los que dan mucha importancia a las sensaciones en la primera jugada en la que interviene?

La primera jugada es importante, no decisiva. Esas sensaciones son vitales. Cómo entras, cómo lo vives, cómo llegas... Además los porteros tenemos la tarea de generar confianza en la defensa. El jugador que más concentrado debe salir al campo es el portero. Por él y por sus defensas.

¿Cómo explica que en los últimos tiempos aparezcan tantos porteros tan altos?

El concepto de portero ha cambiado. Ahora altura y agilidad no son incompatibles. Ya no hay que ser Ablanedo, Arconada o Contreras para ser ágil. Los niños trabajan para ser porteros desde pequeños y a los chicos altos se les incide en los ejercicios de agilidad. Por eso salimos Guaita, Diego López, De Gea, Courtouis o yo.

¿Quién es el delantero más complicado de parar?

Cuando cogen puerta, los disparos de Cristiano Ronaldo son complicados por la trayectoria tan rara que adquiere la pelota. Pero yo preparo más los partidos pensando en el tipo de juego del rival.

Explíquese

El Madrid por su estilo de ataque genera mano a mano, primeros remates, disparos lejanos... Con el Barça debes estar concentrado porque en cualquier momento filtran pases a la espalda de la defensa. Ese estilo ha calado y hay equipos que juegan así como Villarreal, Valencia, Málaga...

¿Ha cambiado el oficio?

Ser portero hoy te exige ser más completo. Jugar con los pies, tener dominio de la pelota, leer tácticamente el juego... Los entrenamientos se han globalizado y los porteros trabajan en rondos, pegan al balón, chutan a puerta... Todo evoluciona en el fútbol menos una cosa.

El balón es lo único que ha involucionado. Estoy convencido de que lo hacen para que haya más goles. No es serio.

¿Los porteros siguen siendo una raza especial?

Como portero tengo el aliciente de saber que voy a estar aprendiendo hasta el último día. Un portero no crece cuando para, lo hace cuando sabe convivir con sus errores.

¿Y cómo lleva eso?

Bien, tengo asumido que me retiraré cometiendo errores.