Liga BBVA | Athletic 3 - Osasuna 1
Muniain juega ya como un astro
Decantó el derbi con un gol y el robo del 2-0. Osasuna rozó pegar primero, pero le frenó Gorka. La banda derecha local, clave. San Mamés gozó
Al Athletic de Bielsa le van los derbis. Dos victorias convincentes ante Real y Osasuna han terminado con los temores de San Mamés, a la espera de certificar el despegue contra Valencia y Atlético. Ya ofrecían buen aspecto los leones, sobre todo en Europa, pero se resistían los resultados en la Liga. El baño a un equipo rojillo que se fue de Bilbao sin saber por qué se llevó tal varapalo anticipa la llegada de un aspirante a grandes cosas. El Athletic divirtió, La Catedral se rompió las manos a aplaudir y Muniain jugó como un astro. Y digan lo que digan, tuvo un rival difícil.
No fue todo coser y cantar para el Athletic. Osasuna salió al campo muy puesto y gozó de una doble gran ocasión, bien neutralizada por Iraizoz a disparos de Lamah, una pesadilla en la primera media hora, y Nino, que marró a bocajarro el rechace. Mendilibar obligaba a los leones a jugar en largo, con la presión muy ajustada arriba, y los locales no estaban cómodos. El manual de Bielsa de jugar en corto quedaba guardado instantáneamente en el bolsillo y Amorebieta buscó a Llorente en largo.
Pero todo lo que generaba el velocísimo Lamah en ataque costaba caro a los rojillos en el repliegue. Empezaron los dos contra uno de Iraola y Susaeta sobre Damià y en uno de ellos llegó el 1-0. Fue Iker Muniain, odiado en el Reyno, aclamado en San Mamés, quien acertó a mandar a la red una dejada de Llorente. Pese a los ánimos de Mendilibar desde el banquillo, Osasuna se arrugó. O se vio avasallado, vamos.
El segundo gol vino también por culpa de Muniain, a quien la indirecta verbal de Puñal le motivó aún más. Robó una pelota en media cancha a Raúl García y puso de nuevo en marcha a la banda derecha. Remate de cabeza de Llorente, despeje con la mano de Roversio, y Gabilondo, siempre listo en el área, enseñó que los zurdos tienen otra pierna. Los dos primeros pases del partido del de Añorga, certeros, anunciaban su buena noche. Se ganó bien la ducha del descanso. Relajante, no de castigo.
La puntilla. Iturraspe por entonces, ya con el marcador favorable, empezaba a disfrutar con el cuero. Nekounam y Puñal no llegaban a tiempo a tanto dinamismo, a tanto cambio de posición. El canterano vizcaíno rozó el 3-0 tras regatear a un abrumado Andrés Fernández. Y fue en el descuento de la primera mitad cuando cayó la puntilla a los navarros. Cómo no, por la banda derecha local. Javi Martínez guindó un balón en la media cancha y activó el dispositivo para la llegada de Iraola. Su centro desde bien lejos, excelso, fue a la cabeza del campeón del mundo. Nuevo gol. La Catedral despidió a los leones con una ovación de órdago y, a decir verdad, no sé qué pudo echar en cara Mendilibar a los suyos.
El Athletic de Bielsa es muy polivalente. De Marcos dejó el lateral izquierdo para volver al centro del campo, entró en su puesto Aurtenetxe y Muniain se tiró a la derecha. Lo que le faltaba al pobre Damià, a quien si vino a verle su familia de Arrigorriaga, le hicieron pasar un calvario. De Marcos se creció haciendo paredes con la estrella y se inventó un regate tipo Messi que no acabó en el cuarto gol de milagro.
La afición rojiblanca se ponía de pie y a Osasuna, con tanto en contra, apenas le daba para seguir entero. Pudo marcar Aurtenetxe, Llorente no encontraba puerta pero era poderoso, intervenía en todas las acciones de peligro. Con tanto regate y finta de Muniain, se esperaba que alguien de Osasuna perdiese los nervios. Fue Lamah, que apuntó en el inicio al crack del derbi y acabó en la ducha. Esta, eso sí, de agua fría.
Los navarros se quedaron con diez y el Athletic se dedicó a adornarse. Muniain dejó el campo en loor de multitudes y entraron Toquero y el reaparecido Herrera. Un exceso de confianza de Javi Martínez en el área terminó con un penalti absurdo en el descuento. Nekounam lo transformó y el árbitro mandó a todos a vestuarios. El Athletic divierte y Osasuna no tiene mala pinta. Jugadores como Cejudo y Raúl García deben tirar de su carro. Hoy por hoy, el equipo vecino es mucho más poderoso.