Liga BBVA | Athletic Club 3 - Osasuna 1
El Athletic de Bielsa ya carbura
Tercera y merecida victoria consecutiva de los rojiblancos. Muniain, Gabilondo y Javi Martínez sentenciaron en el primer acto con un gol cada uno. Nekounam marcó tras un penalti inexistente.
El Athletic de Bielsa ya camina. Los 'leones' se impusieron por tres goles a uno a Osasuna consiguiendo su primera victoria liguera como local. Atrás quedan ya las dudas y esos días en los que el técnico argentino se empeñó en guardar en el trastero a alguno de los bienes más preciados de San Mamés, valgan como ejemplo Iraola y Ekiza, para poner la cama en la cocina y la nevera en el salón, Javi Martínez en el centro de la defensa o Gurpegui en el lateral derecho. El conjunto bilbaíno, que tendrá poco más de dos días de recuperación de cara al próximo partido por aquello de los discutidos horarios, realizó una primera mitad muy susceptible de mejora en cuanto al juego y colosal en cuanto a la efectividad de cara a portería. A pesar de que en el segundo acto no hubo goles, el conjunto vasco se mostró más brillante que en el primer tiempo. Muniain, Gabilondo y Javi Martínez marcaron los tres goles locales y Nekouman hizo el visitante por medio de un penalti que no existió.
Como es habitual en San Mamés y en los equipos de Bielsa, fue el Athletic el que comenzó el partido con una intensidad máxima que hizo sufrir a Osasuna mediante una presión agresiva y asfixiante ejercida muy arriba y que no permitió que los jugadores 'rojillos' tuvieran el balón en sus pies. A pesar del dominio local, fueron los de Mendilibar los primeros en probar suerte de cara a portería tras una buena acción individual de Lamah que acabó en una doble ocasión clara en la que tan sólo los reflejos de Iraizoz evitaron el primer gol del encuentro. El susto recibido atenazó a los locales y espoleó a los visitantes, dando el partido un giro significativo en cuanto al dominio y a los acercamientos a las áreas.
Los de Bielsa comenzaron a tener dificultades para mantener la posesión del balón y perdieron el control de un partido en el que Osasuna dejó de sufrir mostrándose más aplicado en defensa. Los navarros, que volvieron a encontrarse con un pletórico Iraizoz en un lejano lanzamiento de falta de Nekounam, lograron dotar el partido de un ritmo lento y tuvieron en el incisivo Lamah y los espacios defensivos rojiblancos a sus principales aliados en sus acciones ofensivas. El murmullo que se instaló en La Catedral ante el espeso juego bilbaíno se acabó justo a la media hora de juego, momento en el que Muniain abría el marcador tras una serie de rechaces en el área de Andrés Fernández.
Con el gol, el partido se rompió y el Athletic pudo entonces elaborar la mejor jugada del partido con un juego combinativo, elaborado, bien mascado, bien tocado y que acabó con un centro al área de Iraola que remató sin fortuna Llorente y que remachó a la red a bocajarro Gabilondo. Osasuna, lejos de bajar los brazos, tuvo dos nuevos acercamientos con peligro al área rival que sirvieron para que Iraizoz firmara una primera mitad imposible de mejorar. La sentencia definitiva llegó en el único minuto de descuento añadido por Estrada Fernández y cuando los hombres de Mendilibar ya miraban al túnel de vestuarios. Un nuevo centro de Iraola desde la banda derecha fue cabeceado de forma incontestable por Javi Martínez aprovechando una de sus incorporaciones al ataque.
Se llegó al descanso con el partido ya resuelto, producto de la tremenda contundencia con la que el Athletic supo rentabilizar sus ocasiones durante una primera parte en la que, salvo en algunas acciones, mostró un juego muy susceptible de mejorar. Tras el intermedio, Bielsa retiró del campo a Gabilondo para dar entrada a un cada vez más notorio Aurtenetxe. Fue entonces cuando De Marcos abandonó el lateral izquierdo para colocarse como enganche con Fernando Llorente, Susaeta pasó a la banda izquierda y Muniain a la derecha. Un disparo precisamente de De Marcos, que se fue por poco, fue la primera ocasión clara del segundo acto.
Bastaron cinco minutos de la segunda mitad para comprobar que Osasuna había entregado el partido ante un Athletic que continuaba presionando arriba y jugando con velocidad en cada recuperación con el cuarto gol como objetivo. Los de Bielsa aprovecharon el estado anímico de su rival para no dejarle salir de su campo imprimiendo una intensidad mayor que en los primeros cuarenta y cinco minutos. A perro flaco todo son pulgas y Osasuna, rendido por completo, tuvo que jugar los últimos veinte minutos con un jugador menos por dos acciones impropias de un jugador de Primera. Lamah se autoexpulsó al ver dos amarillas en tan sólo siete minutos, la primera por protestar y la segunda por golpear en la cara a Muniain en un gesto de impotencia.
El Athletic tuvo varias ocasiones de gol para aumentar la diferencia en el marcador y acabó convirtiendo el partido en un monólogo rojiblanco en el que Bielsa aprovechó para dar descanso en los últimos minutos a hombres como Muniain y Susaeta y dar minutos a no habituales como Toquero o el recuperado Ander Herrera. Estrada Fernández tiró por la borda en los instantes finales el buen trabajo que hizo durante el encuentro al señalar un penalti de Javi Martínez que no existió y que acabó significando el gol del honor de Osasuna. El parón liguero parece no haber afectado a los 'leones', que justo antes de que se detuviera la competición había sumado dos victorias consecutivas, a la que suman la conseguida ante Osasuna y que confirma que el trabajo de Marcelo Bielsa comienza a dar resultados y alegrías a los seguidores del conjunto bilbaíno.