Segunda B | Rayo B 1 - Castilla 0
Rayco da la victoria al Rayo a pesar de Mejías
El Rayo B se llevó el derbi en su casa, en un partido marcado por el penalti que Sánchez Aparicio señaló y que los jugadores del Castilla protestaron.
El Rayo B se llevó un derbi excesivamente tosco y brusco, con más amarillas que ocasiones y con los madridistas desquiciados con el colegiado y su decisión de señalar el penalti de Mejías a Rayco. Los de Toril ofrecieron su versión B, la que pasean por los campos del Grupo I cuando se tienen que desplazar fuera de Valdebebas. Mejías fue el mejor del equipo, evitando que salieran goleados de Vallecas. Para los vallecanos es su primera victoria después de tres partidos y además de cortar la mala racha, empatan a puntos con el Castilla y se mantienen en la pelea por el ascenso.
El choque empezó con intensidad; una falta y un córner sacados por Juanfran para el Castilla tuvieron continuidad en un contraataque del Rayo en el que Rayco, ex del Castilla, pidió penalti aunque Mejías le sacó el balón con claridad. Precisamente el portero madridista sería protagonista en la siguiente jugada, que respondió con una gran mano a un duro disparo de Dani, que bien pudo significar el primer tanto vallecano.
El filial rayista se vino arriba y empezó a dominar, a tocar y a crear ocasiones, un dominio inicial en el que Nono campó a sus anchas por el centro del campo de la Ciudad Deportiva, aunque los de Toril, que cumplía su segundo partido de sanción, se sacudieron el dominio. Isma detenía con apuros un disparo a Joselu después de una gran acción técnica, sombrero incluido, en la frontal del área.
Pudo haber sido otro partido si el árbitro catalán Sánchez Aparicio hubiese visto un codazo de Morata en la cara de su defensor cuando ambos se encontraban retozando por la hierba de la cancha vallecana. La promesa de La Fábrica, cansado de recibir faltas en las últimas jornadas, reaccionó de mala manera tras ser derribado y bien pudo ser expulsado.
El ritmo del encuentro siguió siendo frenético, con ocasiones en ambas áreas. La más clara, la de Rayco al borde de la media hora de juego, pero se tropezó cuando se encontraba dentro del área madridista y perdió la opción de chutar a gol. El delantero franjirrojo se convirtió en la pesadilla de los centrales blancos, vestidos de negro en esta ocasión.
El declive de la primera mitad tuvo un bajón de ritmo y de juego, los jugadores se calentaron y hubo conatos de incendio que no llegaron a ser más que simples ascuas. Un buen termómetro para resumir la primera mitad del Castilla son los balones jugados por Morata, que se podían contar con los dedos. De una mano. Y aún así sobraban dedos.
Y la segunda parte comenzó como acabó la primera, con Rayco como actor principal. Una jugada suya, en el primer minuto tras la reanudación, no acabó en el fondo de las mallas gracias a una intervención providencial de Mejías.
Si las noticias no eran buenas para el Castilla, iban a ser peores. Mandi se rompía y tenía que ser sustituido por Omar. En las filas rayistas entraba Perea, jugador que fue fichado para la primera plantilla vallecana, que no se ganó la confianza de Sandoval en la pretemporada y que ahora lucha por un puesto en el B.
El árbitro desquició a los visitantes
Y en el minuto 54 llegaba la acción polémica del encuentro. Mejías salía a por un balón colgado en la frontal del área pequeña, por allí apareció Rayco que imposibilitó que el guardameta blanco atajase la pelota, y cuando el esférico rodaba sin control por el área, Mejías agarró y tiró al suelo al delantero vallecano. El colegiado así lo vio y señaló el punto de penalti. El propio Rayco fue el encargado de lanzar la pena máxima y convirtió, en segunda instancia tras la parada de Mejías, el único tanto del encuentro, mientras el Castilla en pleno seguía protestando al árbitro, quejándose de la posible falta de Rayco al portero blanco en el área pequeña.
Agotó cambios el Castilla y casi le sale bien. Álex Fernández tuvo en empate en su cabeza, dentro del área pequeña y con Isma batido, pero el balón se fue por encima del travesaño. Minutos después, el propio Álex remataba con fuerza a puerta, pero una vez más Ismael evitaba el empate de los de Toril.
Y cuando no era el portero, era la madera. Morata remató de cabeza un mini-córner en el minuto 83 y cuando celebraba el gol, con Ismael batido y superado, el esférico se estrellaba contra la cepa del poste derecho de la portería vallecana.
Se calentó en exceso el encuentro y salió a la luz la juventud de ambos conjuntos. El que peor recondujo la presión fue Iván González, que pateó a un rival en el suelo y fue expulsado. El partido murió lentamente en esa sucesión de tarjetas y trifulcas, con el Rayo jugando muy bien con el reloj y el Castilla desquiciado sin saber cómo meterle mano a los de Jimeno. Con el público jaleando a los suyos y con los canteranos madridistas calientes con el rival y con el colegiado, prolongando su mala racha fuera del Alfredo di Stéfano.