Sólo tres años después se alabaría lo que se criticó

Cómo cambia la vida en tan poco tiempo. Los jugadores y el entrenador del Racing tuvieron que pedir, más o menos, disculpas al finalizar su partido en el Camp Nou el 13 de septiembre de 2008. Habían empatado con un gol de Pereira a todo un equipazo. Y entraron radiantes a los vestuarios. Sin embargo, en la zona mixta entendieron que no habían gustado las formas. Sobre todo a la prensa de Cantabria que acompañó al equipo o vio el partido por la tele: "Parece que hay que pedir perdón por empatar ante el Barça", dijo Muñiz en plena sala de prensa, al que incluso se le pidieron explicaciones por el mal juego realizado allí: "No es que hayamos sido ultradefensivos, es que el Barça te obliga a defender, sabiendo que va a tener mucha posesión de balón". Áquel era el inicio dubitativo de la inigualable Era Guardiola y esas palabras parecían simples excusas. Por eso se castigó con dureza al equipo; síntoma de que desde entonces ha habido una metamorfosis en ambos clubes. Esa semana se comparó a Muñiz con Maguregui y hace unos días se despidió a Héctor Cúper en El Sardinero con una ovación por aguantar al Madrid sin encajar un gol. A pesar de tirar una sola vez.

Ahora el Racing soñaría por jugar igual que aquella noche con tal de sumar, y desearía que su rival de la próxima jornada mostrara el mismo nivel. El pesimismo reinante ha bajado la vara de medir. "No hay otra forma de poder hacerles frente. Trabajando mucho, defendiendo bien y saliendo a la contra. Hay que tener una gran noche y que ellos no tengan su día", es la reflexión más repetida estos días en La Albericia. "Aquellas exigencias demuestran que se nos endulzó el paladar con la UEFA", ha repetido Francisco Pernía en más de una ocasión cuando se le recuerda esta anécdota.

Humor. "Pero si casi ganamos", recuerda con ironía ahora Muñiz desde Ucrania con el paso del tiempo (donde ayuda a Juande Ramos en el Dnipro). "Cuando acabó el partido, Guardiola me felicitó por cómo habíamos estado plantados. Al sentarme en la sala de prensa no daba crédito a la dureza de las preguntas. Cuando fui al autobús fui dándole vueltas a todo y me dije: ¿Pero si hemos logrado que silben a Guardiola? ¿Qué hemos hecho mal? Hoy creo que no pasaría porque lo normal es que te ganen porque es el mejor equipo del mundo".

E incluso lo más habitual es que te goleen. Las dos siguientes victorias del Racing en el Camp Nou se saldaron con grandes repasos: 3-0 y 4-0. Y la exigencia ya se fue rebajando. Últimamente hasta se pedía jugar con suplentes para que el duelo no pasara factura. Hoy únicamente quedan Toño, Christian, Colsa, Serrano y Munitis de aquel día. El Racing sólo ha sido capaz de empatar cinco veces en este estadio y ganó otras dos de 43 enfrentamientos. La última, el 26 de febrero de 1983, con Moruca de técnico. Quizás convendría recordarlo para disfrutar más si el sábado el equipo logra sorprender al campeón de Europa.