Bordalás encomienda la reacción a los de siempre

Elche y Numancia inician la exigente cuesta de octubre. Un duro tramo de competición que les va a llevar a disputar seis partidos oficiales, cinco de Liga y uno de Copa, en los próximos 21 días. El impulso que consigan en este apretado mes puede ser determinante para saber a qué va a aspirar cada equipo. Aún quedará mucha temporada, pero siempre será mejor afrontarla con el impulso que da un buen botín de puntos que con el lastre de las rachas que arrastran ambos de los encuentros precedentes.

En el caso del Elche, los tres últimos partidos perdidos han ensombrecido el gran inicio de temporada realizado por los de Bordalás. Los locales están poco menos que obligados a ganar. Esto es así en esta categoría. Victoria y redención. O bien otra semana más de penitencia si se da cualquier otro resultado. Y es que como ha reconocido Bordalás, las derrotas en este club se pagan más caras. Las urgencias históricas pesan mucho y el nivel de exigencia no da respiro a los ilicitanos. Algo parecido le sucede al Numancia. Con uno de los presupuestos más bajos del campeonato, parece siempre llamado a estar arriba.

Bordalás y Machín apostarán por los cambios, aunque por motivos diferentes. El Elche volverá a ser el equipo de principios de temporada, sustentado en la columna vertebral del curso pasado. La duda pasa por Kike Mateo o Nicki Bille. Con el danés en el campo, el dibujo volvería a contar con dos puntas. Héctor Verdés, con molestias en la espalda, tendrá que pasar una última prueba esta mañana. Etxeita, tras su sanción, es la alternativa. Mientras, los sorianos jugarán condicionados por las bajas. Julio Álvarez está con Venezuela y Sunny, sancionado.