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Samuel Etoo

"Quien diga que no se mueve por dinero es un hipócrita..."

Samuel Etoo (Nkon, Camerún, 1981) ha sido el último gran fichaje del Anzhi a cambio del mejor contrato de la historia. Su agitada experiencia merece una entrevista.

A. Gabilondo / Moscú, Rusia
Actualizado a
Samuel Etoo
rafa aparicio

Sala de Prensa del Camp Nou. 13 de agosto de 2004. Usted enuncia una frase que ha pasado a la historia: "Voy a correr como un negro para vivir como un blanco"...

¿Y no es la realidad? Me temo que sí.

¿Lo ha conseguido?

En todo el mundo se recuerda aquella frase. Significó poner sobre la mesa las barreras que muchos niños sufren hoy en día en el mundo. Esas dificultades han sido superadas por mí y les debe servir como ejemplo a todos los chavales, sean de donde sean.

¿Por qué aceptó la propuesta del Anzhi?

Hubo una oferta con todo lo que conllevaba y la acepté. La mía es una visión diferente a la que otros puedan tener. Me propusieron una manera de trabajar y me pareció correcta. Estoy muy feliz porque las cosas me están saliendo mejor de lo que esperaba. Hay una predisposición enorme por querer crecer y eso es muy importante. Todo está yendo muy bien. Vivo muy tranquilo.

Se cuenta que ahora es usted el jugador mejor pagado del mundo (20 millones de euros anuales). ¿Su desembarco en Rusia no tendrá que ver también con ello?

¿Para qué trabajamos todos en la vida? ¿Usted para que trabaja? Quien diga lo contrario es un hipócrita. Pero respeto la opinión de cada uno. Para mí lo más importante era dar la posibilidad a todos esos chavales africanos que sueñan con ser jugadores de fútbol algún día. Quería intentar cortar esas barreras a las que antes hacía mención y que indican que ese sueño pertenece sólo a esta parte del mundo. Este contrato implica superar eso.

¿Es posible saltar las barreras también en el fútbol?

Se puede conseguir, pero hay que creer. Los dirigentes de este club juntaron su visión con mi calidad y me dieron las posibilidades de poder trabajar y ayudar a que seamos más grandes. Y en esas estamos.

¿Hasta dónde puede llegar este revolucionario proyecto?

No sabemos qué nivel puede alcanzar, la verdad. Lo que queremos y soñamos es que sea una entidad de referencia en Europa. Lo más importante es que las cosas se vayan haciendo bien y tener una organización de club grande. Después vendrán los resultados.

¿No le parece una aventura excesivamente arriesgada para alguien con todavía caché en Europa como usted?

Bueno, yo conocía Moscú, donde vivimos, pero la realidad es que no conocía Makhashkala ni Daguestán. Lo primero que me hizo tomar esta determinación fue mi contrato y luego puse unas condiciones de trabajo que no tenían nada que ver con la oferta económica. En cuanto llegamos a un acuerdo en este sentido, yo no tuve ningún problema en fichar por el Anzhi. En Europa ya había conocido todas las alegrías que un jugador puede tener. El Barça y el Inter me dieron la posibilidad de ganarlo todo, el Mallorca me la dio de poder crecer, y llegado a un punto había que buscar una aventura y un camino nuevo.

¿Qué le dijo el dueño, Suleyman Kerimov, además de ponerle ceros en su contrato?

El sueño de Kerimov es tener un club de referencia. A partir de ahí intenta traer los jugadores que vayan con esa idea o que puedan ayudar a que esto sea realidad. Pensó en mí y quiero corresponderle, entre otras cosas porque si él cumple su sueño yo también haré lo mismo con mis objetivos.

¿Le preocupa que haya habido brotes de racismo últimamente en el fútbol ruso?

Yo no creo que el racismo sea un sentimiento eterno. En cualquier parte del mundo podemos encontrarnos esa dificultad, gente que por desgracia no ha podido viajar y conocer otra cultura, lo que les hace estar cerrados en su manera de pensar. La suerte es que la gran mayoría del planeta piensa diferente a ellos. Y esa gran mayoría tenemos que conducirles a que vean las cosas de manera distinta. Entre todos lo podemos conseguir. Somos más y tenemos los medios suficientes como para hacerlo. De momento no me preocupa este tema.

¿Mantiene aún relación con la gente de España?

Sí, mantengo contacto con todos mis amigos, tanto en el Madrid como en el Barça.

Pues habrá tenido que lidiar con unos y otros tras la tensión de los últimos Clásicos

Esa rivalidad entre ellos se tiene que quedar en los campos y eso es lo que nos hará disfrutar. Los Madrid-Barça son partidos únicos. Yo les decía a mis compañeros del Inter que he tenido la suerte de jugar muchos derbis, entre ellos el de Italia, pero que el Clásico de España es el mejor del mundo. Con todo lo que conlleva, dentro y fuera. Y tiene que seguir siéndolo, porque es un partido que arrastra muchos sueños. Cuando llegaba esa semana no podías dormir, querías situarte cuanto antes en el estadio y jugar. Ese sentimiento debe continuar. El nivel del fútbol español sólo va para arriba. Mientras el Madrid esté fuerte y el Barça siga jugando de ensueño, el nivel será el mismo.

¿Cómo terminó su relación con Guardiola, Samuel?

Acabé bien con él. En el fútbol se toman decisiones y él tomó la suya conmigo. Ya está. Esto es parte del fútbol y con el tiempo lo he ido aprendiendo. Me he dado cuenta de estas cosas en Barça e Inter. Después de todo, seguimos siendo la misma familia y lo más importante es que el Barça continúe aportando un sentimiento y dando la posibilidad de soñar y ver buen fútbol.

Luego estuvo a las órdenes de Mourinho en el Inter ¿Son la cara y la cruz?

No les voy a comparar, pero sí puedo decir que para mí Luis Aragonés es el mejor entrenador de todos los tiempos y Mourinho, el mejor del mundo en la actualidad. He tenido la suerte de tener también a Pep, que es un fuera de serie, pero yo he aprendido mucho trabajando a las órdenes de Mou, tanto como entrenador como persona.

¿A cuál de los dos ficharía antes para el Anzhi?

Yo no lo elijo, pero si tengo que traer a uno intentaría que fuera de los mejores del mundo. Mourinho y Guardiola están entre ellos, así que estaría encantado con cualquiera.

¿Recuerda sus orígenes en el fútbol?

Claro. Empecé en Camerún. Jugábamos en la calle, como cualquier chaval de África, tratando de pasar el tiempo y divirtiéndonos. Eso nos hacía sonreír. Aquello era nuestra distracción, lo único que podíamos hacer, y todo el tiempo lo destinábamos a jugar.

¿Es verdad que con 14 años superó una prueba con el PSG pero no pudo quedarse en Francia por una cuestión de inmigración?

Así fue. No tenía los papeles. Me sentí frustrado porque entonces ves que nosotros, los africanos, tenemos límites para todo. Siempre dependemos de alguien. ¿Por qué?

Y luego aterrizó en el Madrid y vivió aquel capítulo en el aeropuerto de Barajas, donde se vio completamente solo

Sí fueron a buscarme, pero había cogido una compañía local de mi país que llegó con mucho retraso y ya se habían ido. Cuando aterricé en al aeropuerto el castellano me parecía chino, pero lo recuerdo como una bonita historia. Me busqué la vida, tuve la suerte de encontrar a un señor que me ayudó a llegar al Santiago Bernabéu y después los dirigentes del Madrid se portaron muy bien conmigo.

¿Qué sensación le deja su paso por el Madrid?

Es uno de los recuerdos más bonitos que tengo porque es el club que me dio la posibilidad de poder ejercer lo que hoy me hace más feliz, el fútbol. Allí me abrieron las puertas. Luego no jugué todo lo que hubiera querido pero eso también es parte del fútbol. Tal vez si hubiera jugado en el Madrid desde mi llegada no me hubiera dado cuenta de lo dura que es la vida. De esa parte aprendí mucho, que cuando no juegas debes esforzarte y ayudar a los demás en lo que puedas.

Y su explosión llegó en Mallorca, después de varias cesiones a Leganés, Espanyol

Sí, el inicio de mi carrera fue como la propia vida. Uno busca siempre su lugar. Yo busqué el mío mediante cesiones. Lo encontré en mi casa, que es el Mallorca. Es ahí donde mi carrera empezó realmente.

¿No cree que su lugar natural era el Madrid?

Quién sabe si hubiera tenido sitio. ¿Usted tiene la llave del futuro? Yo no. Trabajaba en busca de una oportunidad, pero por una razón o por otra no la encontré. Tal vez yo no hacía tantos esfuerzos. O tal vez no me dieron esa opción.

Aquellos dos goles en el Bernabéu y ese mensaje desde el campo hacia el palco de Florentino "Yo aquí, yo aquí", ¿lo recuerda?

Sí, pero eso es pasado. No soy quien para juzgar a los demás y sus decisiones. Yo he tenido errores y los he aceptado. Pero no he dejado que juzguen lo que he hecho porque nadie tiene la razón absoluta.

Algunos consideraron, y aún lo hacen, que dejarle marchar fue un error histórico. Y más viendo su rendimiento posteriormente en el Barça

Es cierto, en el Camp Nou viví mis mejores épocas como jugador. Yo era un buen futbolista, pero cuando llegué al Barça me hice mejor todavía. Jugar con presión y hacerlo bien en el Barça es diferente a hacerlo en cualquier otro sitio.

¿Le sorprendió que quisieran prescindir de usted? Su respuesta fueron 30 goles.

¿Treinta? ¡Y más de treinta! Al entrenador le pagan por tomar decisiones, sean buenas o malas, y hay que respetarlas. Yo puedo tener una opinión y la asumo. La suerte que tuve es que hoy soy el único jugador que ha hecho dos tripletes en dos años seguidos con dos equipos diferentes. Intento quedarme con esa parte de toda esta historia.

Hablamos mucho de pasado. ¿Está llegando el final?

Aún me quedan un par de buenos años y mi felicidad es que el himno de la Champions suene en Makhashkala. Eso será como ganar otra Champions. Otra victoria en mi carrera.

¿Y después? Tiene pinta de poder dedicarse a la política.

Eso lo guardo para mí...