El triunfo de la cara A

El Valladolid se tomó su pequeña revancha ante el Elche, tras el playoff de ascenso de junio, y así rompe su racha de tres partidos sin ganar y mete en una minicrisis a los de Bordalás, que no han sumado ningún punto de los últimos nueve disputados.

Lo cierto es que los de Djukic fueron capaces de remontar cuando volvieron a su versión, a la que el técnico promulgaba en la pretemporada y los primeros encuentros de Liga. Mucho toque, mucha presión y juego por bandas. Pero el Valladolid empezó con la cara B. ¿Se acuerdan de las cintas de los casetes? Pues la primera, la A, es la chula, la segunda, la B, la mala. Y esta última es la que ha ofrecido el Valladolid en los últimos tres partidos y la mitad de ayer. Fútbol cansino, con poco toque y menos intensidad. Se habló tanto durante la semana de los peligros de la sobreexcitación que los locales parecieron salir con un tranquilizante y eso ante un conjunto como el ilicitano es mortal pese a que Guerra y Víctor Pérez, en una doble ocasión, pudieron marcar. Porque los visitantes consiguieron meter en su ritmo cansino a los blanquivioleta en la primera parte, con continuas interrupciones y parones. Y, encima, los de Bordalás se fueron al descanso con un gran premio, ya que Pelegrín acertó a marcar de cabeza a la salida de una falta, en el tiempo de descuento antes del descanso. El central ilicitano ya lleva cuatro goles y lo que llama la atención es que el Valladolid no supiera tapar esa posibilidad. No sólo en esa ocasión, porque el otro central, Verdes, pudo marcar de cabeza. También Ángel la tuvo en una chilena que se fue fuera por poco.

La cara A. Entonces, Djukic, en el vestuario, cambió el lado de la cinta: ordenó sacar el carácter, volver al juego por bandas, al toque y a la presión. La cara A. Y los jugadores salieron con rabia, con ganas. Los de Bordalás dieron 10 pasos hacia atrás, lo que facilitó también las operaciones locales. Juan Carlos hizo un claro penalti a Guerra que Lesma López no pitó, para variar. Al malagueño no se le puede pitar nada a favor. Sin embargo, Sisi se aprovechó del rechazo del portero visitante a disparo de Nauzet, para empatar. El albaceteño marcó el gol 1.500 del Valladolid en Segunda División.

Los ilicitanos entonces lo fiaron todo a una contra mortal y a punto estuvieron de lograrlo. Ángel se quedó solo ante Jaime, pero cruzó demasiado el balón. Los pucelanos metieron una marcha más y empezó el bombardeo. Nafti, Nauzet y Víctor pudieron lograr el gol de la victoria, pero tuvo que ser Valiente, de cabeza, a la salida de un córner el que consiguiera el tanto de la victoria, completamente solo en el área. El catalán, expulsado en aquel partido de Elche al acabar el encuentro se quitó una espina. Y lo mejor del Valladolid fue que después de adelantarse en el marcador siguió buscando la portería contraria, pero ni Bueno, ni Marquitos acertaron. Entonces llegó el final, la revancha y los malos modos que llevaron a una tángana en el túnel de vestuarios.

El detalle. Teo Lázaro, con Varela

Teo Lázaro, representante de Fernando Varela (en la foto de archivo de otro partido), estuvo viendo el partido en el palco con su representado y explicó que espera que el asunto del tránsfer se resuelva esta semana para que el lateral pueda jugar.