Liga de Campeones | Valencia 1 - Chelsea 1
Salvados por Diego Alves
El brasileño evita la derrota y Soldado dio el empate.
En la que parecía que iba a ser la 'fiesta de los españoles' se coló un brasileño. Ni Torres ni Mata ni tan siquiera y aún marcando Soldado. La estrella de la velada fue Diego Alves. El guardameta salvó anoche al Valencia de la derrota y eclipsó a cuantos protagonistas tenía de antemano el partido. Sólo juega en Champions y lógicamente está empeñado en que su equipo llegue lo más lejos posible en esta competición. De hecho, si el Valencia suma dos puntos en la liguilla -y con ello mantiene intactas sus opciones de pasar a octavos de final (se lo jugará en los dos enfrentamientos ante el Leverkusen)- es gracias a lo que Alves paró en Genk y al partidazo que se marcó ayer.
Diego Alves tuvo cuatro minutos de inspiración. De ciencia-ficción. Algún inglés despistado de entre los que había en la grada pensaría a lo Barrio Sésamo. ¿Es un pájaro?, ¿es un avión? No, es Diego Alves. Se erigió como una figura vestida de rojo que se fue haciendo cada vez más y más grande bajo los palos. Porque entre el minuto 50 y el 53 sacó, primero, una mano en la misma línea de gol lanzándose a media altura tras cabezazo de Torres; después, aguantó como un cosaco en pie en un mano a mano con Ramires; y, para terminar de ganarse la ovación del respetable, y como si no tuviera bastante con los de azul, Víctor Ruiz despejó hacia su portería el balón y de nuevo el brasileño demostró que los reflejos es uno de sus fuertes.
Pero ya lo dice el refrán. Tanto va el cántaro a la fuente... Y se rompió. Frank Lampard, a quien curiosamente no se le esperaba por Mestalla (no al menos en el once inicial de Villas-Boas), reinvindicó el papel de los viejos rockeros en la Champions. De tiro raso y ajustado al palo superó al pulpo Alves y puso contra las cuerdas al Valencia de Emery.
Hasta esos minutos locos el partido fue más cosa de defensas que de delanteros. Que se lo pregunten sino a Torres o a Soldado. El Valencia ha fichado a un francés llamado Rami que es un coloso en sus labores. Llega a todas porque va sobrado de físico y sabe meter el cuerpo para desequilibrar siempre lo justo y necesario. De hecho fue así como privó al Niño de comenzar la noche marcando. Mientras tanto, al otro lado del campo, Soldado veía el partido corriendo de un lado a otro pero sin rascar bola. El Chelsea le ganó la partida a los de Unai en la medular y contadas fueron las llegadas.
Lógicamente, tras el gol de Lampard y a sabiendas de que los alemanes del Leverkusen sí hacían sus deberes ante los belgas, Emery optó por el dicho de que de perdidos al río. Dio entrada a Piatti y puso a Canales de mediocentro. Y en algo mejoró el equipo, lo suficiente como para pisar área y que Kalou cometiera penalti. Gol de Soldado. Empate. Hay vida en esta Champions.