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champions league | bate borisov 0 - barcelona 5

Messi adorna el monólogo

El argentino marcó dos goles e igualó así a Kubala como segundo máximo goleador de la historia del Barcelona. Superioridad absoluta del Barcelona ante un BATE Borisov sin recursos.

<strong>MESSI IGUALA A KUBALA.</strong>
MESSI IGUALA A KUBALA.

La liguilla de la Champions League tiene estas cosas y a los favoritos les va mejor sin darle demasiadas vueltas: mirar hacia delante, amarrar los partidos, hacer caja cuanto antes para evitar sobresaltos en el camino a octavos. El Barcelona lo sabe y sabe que su grupo es de exigencia corta pero hizo bien en asegurar el partido de Minsk con profesionalidad y entereza, con goles pronto para evitar sustos, con posesión eterna para burlar al cansancio, con la tensión justa para evitar lesiones, el principal peligro de un partido que fue un rondo gigante adornado por Messi. Siempre Messi.

Porque Messi aprovechó el paseo del Barça por Minsk para seguir agrandando una historia que ya es leyenda y que ni imaginamos qué será cuando el argentino cuelgue las botas. El mejor jugador de su generación, quizá el mejor de la historia (que se admita el debate ya es un triunfo descomunal), dejó en el Dinamo Stadium sus goles 193 y 194 con la camiseta del Barcelona, esta vez negra y con crespón blanco para Chus Pereda. Con 24 años ya sólo ve en el horizonte a César, goleador de otros tiempos. La pregunta no es si Messi le superará, la pregunta es cuándo lo hará.

Más cifras y marcas para dar cuerpo a un partido que apenas fue un aperitivo: Messi ha marcado ya en la dos Supercopas, la Liga y la Champions, así que le quedan Mundialito y Copa. El Barcelona batió al Bayern y sumó partido de Champions número veintitrés consecutivo con al menos un gol. Las cifras goleadoras del equipo azulgrana en este arranque de temporada resultan asombrosas. Se le caen goles de los bolsillos y por eso lamina a los rivales por K.O. El BATE Borisov, uno de los equipos más limitados de la competición, apenas aguantó la mitad del primer tiempo. Sobre la media hora no quedaba ni rastro del partido,. Si es que alguna vez lo hubo...

El plan del BATE no tiene más explicación que la inferioridad manifiesta, la certeza de que su lucha es la tercera plaza y que su partido será el de vuelta ante el Plzen. Encantando de salir en la foto, hizo pocas faltas, molestó lo justo y se puso de puntillas cuando el Barcelona sesteó, cualquier cosa con tal de no despertarle. Desde el pitido inicial puso cuatro jugadores en el área, cinco en las inmediaciones y dejó a Kezman, un superviviente del planeta fútbol, sólo en algún lugar de un centro del campo que el equipo de Goncharenko veía con prismáticos. La muralla apenas estorbó unos minutos y se descubrió de plastilina amarilla, apenas mantequilla, en cuanto el Barcelona meneó un poco el juego. Todos contribuyeron: Volodko se marcó el primero y el portero Gutor, que le cogió la medida a Villa hasta que el asturiano marcó sobre la hora, quedó retratado en los dos siguientes. El mejor fue el cuarto, un tirazo seco de Messi, su gol 194.

Esta vez en versión 4-3-3, con Xavi libre de marca, Thiago libre de marca y Villa abriendo bien el campo por la izquierda, el dominio del Barcelona fue exagerado. El BATE no la vio, no la retuvo, apenas luchó por la pelota. Encajó los goles y basculó de lado a lado con cara de anfitrión agradecido, sin nada que decir y, su público tampoco lo hizo, nada que recriminarse. El Barcelona cumplió, adornó el resultado y arregló un trocito del despiste de la primera jornada ante el Milán. Se olvidó de sus empates a domicilio de esta temporada y del sufrimiento en los campos del Este de las anteriores. Y lo hizo con la elegancia requerida, de negro impoluto, y con otra muesca en la carrera que Messi está disputando contra la historia. Una carrera que está ganando: Leo Messi corre más.