Semana fantástica

El Levante culminó su semana fantástica liquidando a un Espanyol que continúa con su mala racha de visitante. Los pericos fueron fulminados desde el punto de penalti, donde Rubén Suárez le ganó la batalla psicológica a Cristian, y con una obra maestra de Barkero que perdurará como uno de los golazos de este campeonato. Resulta chocante ver a los granotas en puestos de Liga de Campeones. Pero la realidad es que en apenas cinco partidos ya han conseguido más de un cuarto de su objetivo.

El vendaval azulgrana empezó pronto y a los tres minutos Rubén ya había avisado de que iba a ser su tarde. El asturiano cruzó en exceso un servicio de Koné. Y sería diez minutos más tarde cuando abriría el marcador después de que Javi López tumbara a Juanlu en el área. El Espanyol marchaba al ritmo que marcaba Verdú. Todas las acciones pasaban por sus botas y la movilidad de Sergio García duplicaba el trabajo defensivo de la zaga azulgrana en la que Ballesteros sigue imponiendo su ley. Pero la clase del '10' perico no era correspondida por Thievy que mandaba al limbo tres buenos servicios. Quizá el empate habría sido lo más justo en el primer acto pero el desenlace final aguardaba muchas más sorpresas.

Sentencia.

Pochettino movió sus fichas. Entró Álvaro por un desdibujado Rui Fonte, pero fue otra vez desde el punto de penalti desde donde Rubén machacaba al Espanyol al que además dejaba con uno menos por la expulsión de Amat. Ahí bajaron los catalanes. A Verdú se le encendía la reserva y el Levante estaba la mar de cómodo, pero los periquitos volvieron a revolotear al encontrarse el gol de Moreno.

Se lo creyeron por un momento, aunque poco les duró la alegría. Tres minutos después, Barkero sacó su zurda a pasear y borró de un plumazo las telarañas de la portería y las esperanzas pericas. Los puntos ya tenían dueño, pero por si acaso Pandiani decidió no dejar duda cuando de un cabezazo tumbó a Nano y vio la roja. Fue entonces cuando el Ciutat disfrutó de su fiesta haciendo la ola y acompañando con olés las posesiones granotas. Para entonces el Espanyol (preocupante bagaje lejos de Cornellà) ya estaba tocado y hundido.

Eso sí, lo que quedó demostrado es que a este sorprendente Levante le sobran recursos. Y prueba de ellos es cada uno de sus tres goles en los que se vieron todos los estilos. Jugada elaborada y masticada hasta encontrar un hueco por donde entrar siendo Juanlu derribado en el primero. Fútbol directo en el segundo, con un pelotazo de Munúa buscando a Rubén al que Amat sólo pudo frenar en falta. Y contraataque de manual en el tercero al que Barkero puso la mejor rúbrica posible.