El Murcia repite victoria ante un Numancia bipolar

A mucho tiempo hay que remontarse para recordar una comunión como la que vive la grada de Nueva Condomina con su equipo, al que ayer, tras vencer a un buen Numancia, tras estrenar el casillero de victorias locales y sumar su segundo triunfo consecutivo, despidió con ovación cerrada. No hay que irse tanto en el tiempo en lo que a la agonía del final del partido se refiere (ahí Juanjo tuvo el empate en dos ocasiones) pero en todo caso fue más lo bueno que dejó el Murcia que lo malo.

Un Murcia que tuvo la entereza de superar el 0-1 que remachó Del Pino tras una salida en falso de Alberto. Un Murcia, que a diferencia de lo que ha mostrado otros años, da motivos para ir al campo. El grupo de Alonso, teniendo mucho que mejorar, es solidario pero además tiene básicos para sobrevivir en Segunda como son un amplio repertorio de estrategia, juego aéreo y además futbolistas resolutivos como ese Sutil capaz de convertirse en el hombre invisible y marcharse de dos marcadores o ese Borja goleador de ADN que cerró su mini-depre enchufando una vaselina de arte para firmar el 1-1. Además de todo esto, el Murcia tiene casta y así a base de ponerlo todo metió a los sorianos defendiendo a un palmo de Navarro casi toda la primera parte. En ese largo espacio de tiempo el Numancia, un equipo más que apañado desapareció. Sus jugones, como Nano o Del Pino, asistieron en primera fila al despliegue de hambre de los locales que con Marín (entre las virtudes locales, también la cuota de ilusión de ver a un paisano romperla) y Sutil de animadores y con un Borja extraordinariamente participativo llevaron el partido al lado grana. Tras un penalti no pitado tras voleón de Sutil, llegó un córner y el hambre y la casta toda junta de Óscar para rematar dos veces (con la testa y con el pie) y confirmar que la tortilla grana estaba servida.

'Numancia grana'. Con Sutil haciendo de las suyas y con Marín a todas arrancó el segundo tiempo. Entre los dos se fabricaron una ocasión que bien pudo ser el 3-1 pero al zagal de El Raal le faltaron unos centímetros. De ahí al final el Numancia, no se sabe si por méritos propios o porque los de Alonso iban con el gancho y se tiraron a defender demasiado atrás, acorraló a los locales.

Sunny tomó el mando a medida que Richi, Aguilera e Iturra se iban fundiendo. El Numancia apretaba, acumulaba efectivos y Juanjo llevaba el pánico a una grada que sufría al ver como a los suyos se les podía ir el partido después de tanta sensación buena... pero no fue así y el festejó fue enorme. Los sorianos salieron hundidos y el Murcia mira hacia arriba.