Cazorla da el stop a Bielsa

Muchísimos aficionados del Málaga que estén en estos momentos leyendo periódicos, escuchando radios o viendo programas deportivos en televisión se estarán pellizcando. El equipo de sus amores no está abajo sino arriba. Y por encima del Real Madrid. ¡Increíble, pero verdadero! El equipo de moda en el fútbol español, construido con el potencial económico de un sheikh catarí, identificado y enamorado de la causa, y la coherencia de una planificación deportiva responsable y sin despilfarros de nuevo rico, se ha puesto en órbita. Tercer triunfo seguido ante un Athletic en plena transición. Es evidente que la atractiva y valerosa oferta de Marcelo Bielsa necesita tiempo. Si sus ideas y el trabajo que ha sembrado en su pizarra le dieran frutos, este equipo sería imparable. Pero a día de hoy le queda mucho abono que repartir. Las ideas son buenas, pero el Athletic no es Chile. Y ya es mal asunto que apenas transcurridas cuatro jornadas, quien más quien menos empiece a tirar de nostalgia. Paciencia, que todo llegará.

Una vez liberado de 'la Liga de los pobres', el Málaga ya ha presentado su candidatura para ser equipo bisagra, alternativa de poder y primera piedra para la soñada época del cambio, del fin del actualmente vigente estado bipolar que gobierna de un tiempo a esta parte el campeonato español y que, visto lo visto anoche, se encuentra en vías de alterarse. Con buenos cimientos, futbolistas contrastados y un técnico que sepa gobernar el barco con sabiduría y mano firme, este colectivo tiene capacidad para dar que hablar allende nuestras fronteras.

Santi Cazorla se ha empeñado en demostrar que pagar 19 millones por él es calderilla. Cuando más espeso estaba el partido, el asturiano se sacó de la chistera una maravillosa falta que hizo inútiles los esfuerzos de Gorka Iraizoz. Es su cuarto tanto, tres de ellos a balón parado.

Vuelve La Bestia.

El mérito previo de tan rumboso momento hay que atribuírselo a Julio Baptista. La Bestia, sin estar a tope, se creció amparado en sus portentosas facultades físicas, y provocó que Iturraspe le arrollase en los límites del área. Cartulina amarilla para el infractor y tarjeta de visita para la magia del internacional malaguista.

Antes de este minuto 61, el partido propuesto por el 3-4-3 de Marcelo Bielsa (por momentos, 5-4-1), dejó como resultado un encuentro con escasas ocasiones de gol. El Málaga al menos estrelló un disparo en la madera (Baptista a los 20 minutos), pero el Athletic ni eso. Las defensas se impusieron a la delantera y si bien es verdad que Demichelis aburrió a Fernando Llorente, no es menos cierto que De Marcos salvó con nota su duelo con uno de los jugadores más en forma de España: Joaquín. Para quien discutiera la valía del carrilero rojiblanco sólo le podemos decir una cosa: como siempre juegue como ayer, hará una maravillosa temporada.

El Athletic tuvo su oportunidad a falta de un cuarto de hora cuando Toquero, anticipándose involuntariamente a Llorente que estaba solo y mejor situado, remató mordido un maravilloso servicio del antes mencionado De Marcos. Caballero estuvo atento. Ahí se acabó la historia. El Málaga terminó manejando el juego a placer y se benefició del correcalles en que desembocó el partido. Para desgracia de los leones, el 2-0 estaba más cerca que el 1-1, en un partido donde los ilustres Van Nistelrooy y Fernando Llorente, gladiadores y luchadores, se fueron de vacío. Y eso que lo intentaron.

El carrerón final de Seba Fernández, detenido de manera abrupta por Javi Martinez, compendió la historia. El Málaga fue a más y el Athletic, sin arrojar la toalla, asumió que no se repetiría lo de la pasada temporada cuando empató en tiempo de prolongación (precisamente Javi Martínez).

Fin de la pelea y mientras el Málaga se dispara a la zona Champions, los vizcaínos sufren en la cola para asimilar la idea de su ambicioso entrenador. Con paciencia se llegó a la ciencia. Tiempo.