Segunda B | Ceuta
El Ceuta se ve obligado a emigrar a Sevilla por la crisis
Se entrena en San Juan de Aznalfarache. Regresa para jugar
Las consecuencias del ataque de la crisis económica global al fútbol (con más virulencia al modesto) da una vuelta de tuerca en el ejemplo del Ceuta. El club caballa, que cumple su decimocuarta temporada en Segunda B, ha sufrido un recorte importante (hasta un 60 por ciento) en las subvenciones del gobierno de la ciudad autónoma y se ha visto obligado a emigrar a Sevilla para ahorrar costes. Los principales y más cuantiosos son en el apartado de plantilla.
Por tradición, los futbolistas y cuerpos técnicos que fichan por el Ceuta o el Melilla, siendo de la península, demandan más dinero porque los costes de residir en ambas ciudades autónomas (sobre todo, de vivienda) son más elevados. Según el presidente del Ceuta, José Antonio Muñoz, el traslado forzoso del equipo a Sevilla ha supuesto un ahorro "de unos 150.000 euros. Después de tomar esta decisión, la más dura en mis 11 años como presidente (cumple el segundo año de una segunda etapa), tuvimos que renegociar muchos contratos, incluido el del entrenador, y todos entendieron la situación, por lo que su honestidad y profesionalidad es intachable", sentencia Muñoz.
El presidente del Ceuta entendió que "era preferible que los jugadores y cuerpo técnico cobraran menos, pero que recibieran sus nóminas en tiempo y forma, a que el club se endeudara y tuviera más problemas".
José Antonio Muñoz afirma que el club observó muchas instalaciones y eligió las de San Juan de Aznalfarache (a cuatro kilómetros de la capital sevillana), "porque son excelentes y porque un número importante de los jugadores eran de la zona o alrededores, con lo que eso supone en ahorro de gastos en vivienda".
El Ceuta sólo pisa la ciudad autónoma cada 15 días cuando tiene que jugar su partido correspondiente como local en el Alfonso Murube, después regresa a Sevilla, donde se entrena durante la semana, "salvo los martes, si jugamos el domingo, que descansamos", afirma Sergio Lobera, el entrenador. El técnico zaragozano, que también valora positivamente las instalaciones de San Juan de Aznalfarache, recalca que "siempre procuramos entrenarnos un día antes del partido en nuestro estadio".
Cara y cruz.
Lobera ve como aspecto positivo de este obligado traslado (similar al efectuado por el BM Ciudad Real a Madrid) "que los desplazamientos son más cómodos. Lo que echo de menos es no estar cerca de nuestra afición". Parece que la deslocalización también ha llegado al fútbol.