Arda emulaba a Hagi en el modesto Bayrampasa

Que Arda llegaba al Atlético con cartel de estrella era evidente. Su traspaso por 12 millones de euros y la avalancha de atención mediática que llegó desde Turquía tras el anuncio de su fichaje era indicio de ello. Aunque no fue hasta su cuarto partido con la rojiblanca, en el que dio dos pases de gol y fabricó otro ante el Racing, cuando el Vicente Calderón se dio cuenta de que tenía a un nuevo héroe.

A sus 24 años, Arda Turan tiene una historia llena de trabajo y superación que le ha permitido llegar a uno de los grandes del fútbol español. Desde pequeño se fijó en el rumano Gheorghe Hagi, su máximo ídolo, que, al igual que él, superó condiciones económicas difíciles para convertirse en el futbolista referencia de su país. AS habló con dos figuras clave en la vida del jugador y descubrió su camino al éxito.

Fatih Ibradi, actual técnico en las categorías inferiores del Galatasaray, fue uno de sus descubridores: "En 1999, cuando sólo tenía 11 años, le vimos jugar en el modesto Bayrampasa Altintepsi de su barrio. Nos quedamos asombrados por su manera de conducir el balón, brillaba como una joya y no dudamos en traerle al Galatasaray. Pese a su marcha, Arda sigue siendo para nosotros lo que Xavi es para el Barça o Iker Casillas es para el Madrid".

Ibradi también destaca por ser el que, ocho años más tarde, le presentaría su primer contrato profesional: "Arda vino sin sus padres a la firma del contrato, que era a razón de 500 liras turcas mensuales (1.200 euros), pero ni siquiera miró cuanto le pagaríamos. Me dijo que llevábamos trabajando ocho años juntos, que confiaba en mí y que no le importaba su salario. Es eso lo que tanto destaca de Arda, tiene una ética simplemente superior".

Suat Kaya es el extécnico del Galatasaray B. El entrenador desveló el mote del nuevo jugador rojiblanco: "Le llamábamos Cabezota, porque un día mis jugadores se midieron la cabeza y la suya era la más grande. Entonces, el filial contaba con muchos talentos y, siendo sincero, Arda era el que menos esperábamos que fuera a explotar. Cómo nos equivocamos...". Para Kaya no es de extrañar que Arda se convirtiera en el cuarto capitán más joven de la historia del club: "Se lo ganó a pulso con su sonrisa y su incesante entrega. Jugaba con las mismas ganas en el filial que con el primer equipo".