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Liga BBVA | Sevilla 1 - Real Sociedad 0

Kanouté, luz entre sombras

El Sevilla gana sin brillantez a la Real. Resolvió el legendario Fredi tras una enorme asistencia de Negredo. Los de Marcelino, grises, deben mejorar.

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<b>FELICIDAD TRAS EL SUFRIMIENTO. </b>Kanouté es felicitado por Jesús Navas, Negredo y Trochowski después del gol que decidió el partido en favor del Sevilla.
FELICIDAD TRAS EL SUFRIMIENTO. Kanouté es felicitado por Jesús Navas, Negredo y Trochowski después del gol que decidió el partido en favor del Sevilla.

El otro día le preguntaron en la televisión del club a Del Nido qué futbolista ficharía para el Sevilla. "A Kanouté con cinco años menos", contestó. Seguramente lo dijo por noches como las de ayer, en las que Kanouté ha sacado de un embrollo importante a la entidad. El malí, al que ya hay dosificar con delicadeza extrema y que casi ni se entrena al ritmo de sus compañeros durante la semana, es un tesoro. Su gol número 130 con la camiseta del Sevilla no sólo significó una victoria más, sino media semana tranquila. Crédito para crecer. Eso, en el Sevilla de urgencias de los últimos tiempos, ya es mucho. Posiblemente, los tres puntos fueron la única alegría que se llevó a casa Marcelino. El asturiano aún no ha encontrado la ecuación de la excelencia. Llegó con unas aspiraciones, pero se ha encontrado con una realidad distinta y frustrante. Deberá ir moldeándola y acercarla a lo que soñó en sus primeros días de pretemporada en Costa Ballena. El Sevilla tiene tiempo, pero aún no arranca. Está verde en su idea y gris en el juego. Cogido por alfileres, muy lejos de lo que se le supone. Frágil y con incertidumbres. Un despeje de puños de Varas a tres minutos del final en un balón aparentemente sencillo es el mejor ejemplo de los miedos que asuelan a un grupo al que todavía queda Kanouté. Pero Fredi no será eterno. El Sevilla tiene siete puntos y durmió anoche en puestos Champions, pero la eliminación ante el Hannover y algunos episodios de los partidos contra Villarreal o Real no le ayudan. No es cuestión de generar alarmas, sino de contar lo que se ve: falta de confianza, flecos por mejorar. Eso sí, las victorias dan confianza y desde ahí Marcelino puede construir. Un empate anoche hubiera sido un desastre en ese proceso.

La Real fue un digno rival. Montanier, algo así como la reencarnación de Denoueix pero con un punto más de improvisación, ha decidido desde que llegó a San Sebastián darle progatonismo al balón y a Zubieta. La Real intenta jugar al fútbol, pero tiene limitaciones evidentes. El técnico francés alineó a tres puntas..., y uno se le cayó pronto. Xabi Prieto, el jugador más fino y con más talento de la Real, se fue lesionado. Para entonces, el partido estaba equilibrado aunque el Sevilla, con sufrimiento, lo fue volcando hacia el campo txuri urdin. Por oportunidades, la superioridad local fue aplastante. Trochowski disparó con veneno en el minuto tres pero está sin suerte. Siempre se queda a centímetros. En el disparo es un fenómeno. Otro asunto es su condición de cerebro, cada vez más en discusión a pesar de sus evidentes cualidades. Tal vez unos metros más adelante perdería menos la posición y estaría más cerca del gol. El alemán es eléctrico en el control y la salida y se perfila rápido bien para chutar. Pero en tareas de organización sufre de momento. Para Marcelino no hay debate ni un centrocampista más. No le sacan de 4-4-2. Es un buen hombre de principios y tiene personalidad.

El Sevilla siguió la búsqueda del gol. Bravo salvó un gol cantado de su compatriota Medel y Navas también se estrelló con el chileno en un mano a mano que recordó al del Villarreal. El de Los Palacios debe calmarse. Su condición de futbolista bandera en el Sevilla le obliga a algo más que ser un correcaminos que ponga buenos balones. Tal vez una lección de Kanouté... Pero Navas es obediente. Marcelino le quiere completar como futbolista y él lo intenta. extremo, interior y mediapunta. Hizo más cosas por el centro. El asturiano debe estar satisfecho.

El Sevilla confirmó su mejora en la segunda parte y ganó el partido con la conexión Negredo-Kanouté. El vallecano está iluminado. Se inventó una asistencia con un pase de cabeza de quince metros. Brillante. Y mereció ganar el Sevilla ante una Real ordenada pero que gastó toda la emotividad contra el Barcelona . No hizo nada especialmente mal, pero tampoco bien. Y el Sevilla, gracias a la luz casi divina del eterno Kanouté, ganó a falta de mayor grandeza. Roma no se hizo en un día.

El detalle. Varas dejó la puerta a cero por primer vez

Javi Varas consiguió por primera vez en lo que va de temporada dejar la portería a cero. El bloque defensivo del Sevilla estaba picado por las críticas que ha recibido después de la derrota ante el Villarreal y quiso reivindicarse. Ayer la defensa aprobó y también Varas, bien asentado en la titularidad.