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Liga Adelante | Hércules 2 - Barcelona B 1

Míchel premia el esfuerzo

El Hércules remontó pese a jugar una hora con diez.

<b>PODEROSO. </b>Ismael Falcón despeja de puños un balón ante la oposición de Tello.
PODEROSO. Ismael Falcón despeja de puños un balón ante la oposición de Tello.FITO GONZÁLEZ y carlos rodríguez

El Hércules sumó ayer más de tres puntos. Tras una semana convulsa en los despachos, casi catatónica, la plantilla de Mandiá demostró ser una piña y un grupo en el que van todos a una. Sólo la unión, el esfuerzo y la solidaridad del conjunto fue capaz de darle la vuelta a un partido que tenía perdido y que apuntaba a goleada en contra. Ganar así cuesta demasiado, pero suma mucho más que simplemente tres puntos. Este tipo de victorias llenan de autoestima al colectivo y a cada jugador. Son triunfos que dan impulso aunque el rival lo haya hecho más bonito, aunque te pasaras más de una hora detrás de unos niños con una velocidad endiablada que dentro de unos años estarán jugando en los mejores escenarios de Europa. Así sabe mejor.

Y es que cuando Deulofeu, en los primeros minutos de la segunda parte, culminó uno de los constantes ataques barcelonistas repletos de calidad y electricidad, el Rico Pérez prácticamente dio el partido por perdido. Con 0-1, Diego Rivas expulsado antes de la media hora de juego y la calidad que había exhibido el filial azulgrana, pensar en algo que no fuera una goleada culé sonaba a broma.

Pero el Hércules tiró de casta y oficio, dos cualidades que sobran en los blanquiazules y faltan en un Barça aún muy tierno. Al minuto, empató Míchel tras rematar en el segundo palo un centro de Carlos Calvo que antes se había ido por velocidad de Planas. El filial culé acusó el golpe pero aún tenía tiempo para poner las cosas en su sitio.

Asedio. A la hora de partido, el Hércules sufrió un bajón físico, algo comprensible tras llevar más de 30 minutos con uno menos por una rigurosa expulsión de Diego Rivas. Mandiá reaccionó. Sacó a Sanchón y ordenó dos líneas de cuatro, muy juntas, para ahogar a un Rafinha que es un demonio en la mediapunta. Sin embargo, el hispano-brasileño aún se sacó un conejo de la chistera tras deshacerse de tres herculanos en un metro y asistir a Rodri. Éste, muy lento, tiró fuera.

Y del 1-2 se pasó al 2-1. Una falta aislada, un saque de pícaro de Sanchón, un centro de Míchel y un gol de cabeza de Samuel, que se desquitaba así del lío de la Copa y del mal partido realizado ante el Recre. Ver para creer. El Hércules le había dado la vuelta al choque con diez. Pero aún quedaban 20 minutos que defender.

El Barcelona B, ya con el ex herculano Kiko en los vestuarios, intentaba achuchar pero a Deulofeu, otro tormento, y Rafinha se les estaba acabando la gasolina. El Hércules se defendió bien y el Barcelona empezó a caer una y otra vez en la red herculana. Y cuando no, estaba Falcón, que puso dos manos salvadoras. Sanchón pudo sentenciar pero Miño evitó el golazo del catalán.