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EUROPA LEAGUE | GRUPO I | ATLÉTICO 2 - CELTIC 0

Falcao y Diego renuevan la fe rojiblanca

El colombiano abrió el marcador de cabeza y el brasileño, que se fue ovacionado, lo cerró con sutileza. Reyes salió en la segunda parte y la afición se marchó entusiasmada con los nuevos.

EDU HERRERO

Dos tantos para aliviar la sequía goleadora y una victoria para la esperanza. El Vicente Calderón olvidó el pasado reciente y se concilió con el universo cuando vio a Falcao volar por encima de la defensa del Celtic, cuando vio a Diego hacer cosas que la gente atlética ya no recordaba, cuando vio a Arda correr y volver a recorrer la banda, cuando vio a Courtois imponente, cuando comprobó fiable a la defensa, cuando, al final, el equipo agradeció desde el centro del campo el apoyo de la grada en una ovación compartida, que puede resultar exagerada pero comprensible, por lo sufrido en verano y por la inmensa incertidumbre que generaba el proyecto hace un par de semanas. El Atlético ganó, convenció y se llevó sus tres primeros puntos en la fase de grupos de la Europa League ante un rival, eso sí, algo disperso.

Apareció el Celtic de Glasgow en el césped del Vicente Calderón y alguno incluso bromeó con que si era el Sion. Porque el Celtic ya no parece el Celtic, aquel equipo glorioso y temido que atemorizaba por los campos de Europa. Eso ya es historia y bien lejana. Hoy se presentó un equipo sin identidad, vestido de extraño (de amarillo y negro) y con sólo un escocés en el once: Mulgrew. El recuerdo de aquella semifinal de la Copa de Europa del 74 sólo es eso, un recuerdo recuperado en la previa sin ninguna incidencia hoy, por fortuna (en lo que se refiere a agresividad). Los católicos ni siquiera trasladaron al campo el orgullo pasado de querer vengar la eliminación del 74. Billy McNeill, que esta semana hablaba de escoria, habría dado más guerra. Pero hoy no hubo batalla porque apenas aparecieron Samaras y Ki Sung Yong y porque el Atlético fue, aunque de forma intermitente, muy superior. Necesitaba serlo para recuperar su fe tras un verano complicado en el que vieron marchar a De Gea, Kun y Forlán.

Hoy, la titularidad de Diego, Arda Turán y Falcao pesó más que la suplencia de Reyes y aunque hubo alguna voz de queja en el Calderón, pronto el 'Tigre' colombiano se encargó de convertir la incertidumbre en creencia, las dudas en certezas y un balón colgado en un golazo de cabeza. Así empezó el partido (min. 2), con Falcao demostrando lo que es: un rematador nato. Si le comparamos con el Kun, obligado por precio y línea de sucesión, pierde en calidad, en rapidez, en regate, en visión de juego, empata en lucha y gana claramente en remate. Busca el balón en el área como depredador a su presa, con ansiedad, bravura e instinto. Esta es su competición, el año pasado hizo 17 goles con el Oporto, y este año quiere más.

Tras el zarpazo del 'Tigre', el Atlético se apoderó del balón. El Celtic sólo inquietó con alguna arrancada del griego Samaras, que quedó dañado tras un choque con Godín. Su compañero Hooper pudo convertir ese golpe en una épica asistencia de gol pero en vez de tirar cuando podía, se topó con el gigantón Courtois. El Atlético concedió aire y tiempo de recuperación al Celtic, que se fue al descanso a sólo un gol del empate. La renta rojiblanca se antojaba escasa, por dominio y convicción. En la primera parte y al final del partido, el equipo demostró lo que quiere Manzano: toque, asociación, posesión y presión, aunque le faltó definición. Mario y Gabi conjuntan en el centro. Con Koke y sin Reyes, el equipo perdió verticalidad pero ganó control. Arda dio profundidad y Diego ofreció detalles de lo que fue y de lo que puede ser. El brasileño, aunque cedido, es clave en el proyecto. Si él quiere, el Atlético puede. Hoy apareció y se quedó. Es decir, quiso. Pidió el balón y cogió la responsabilidad que deambulaba huérfana en el equipo rojiblanco desde hace algún tiempo. Lo intentó en la primera parte disparando desde la frontal con izquierda y derecha, luego reclamó un penalti por empujón, fue aplaudido por un par de esfuerzos y al final acabó haciendo el segundo, tras una gran jugada por banda izquierda de Arda. El mediapunta se ganó la ovación.

El gol llegó en el peor momento del Atlético. El juego apático del Celtic contagió por momentos al Atlético (o eso pensamos los optimistas) y a veces se olvidó de que sólo ganaba de uno. Hubo un tramo en el que el Atlético perdió el control, se fundió en el esfuerzo, ralentizó su juego y reactivó al Celtic, que amenazó con un libre directo de Mulgrew. Un minuto después (68'), Diego puso la tranquilidad con el esperado 2-0 al rematar con sutileza y temple un pase del turco Turán, que más tarde mandó un balón al larguero.

Antes del tanto de Diego había salido Reyes por Koke, y después Adrián por Gabi. Como oyen, en el campo competían en ambición Reyes, Arda Turán, Diego, Falcao y Adrián. Cinco atacantes. Por detrás se quedó Mario y más atrás la hoy fiable y sólida defensa rojiblanca: Perea, Miranda, Godín y Antonio López, cada cual reivindicando lo suyo.

Este es el nuevo Atlético en la era post Kun-Forlán. Mejor o peor, lo decidirá el tiempo, la afición y sobre todo los títulos. Es pronto para sacar conclusiones y para valorar a un equipo en construcción, de hecho, la paciencia se antoja fundamental en el futuro éxito rojiblanco. Hoy se llevó tres puntos y dejó una sensación muy positiva, ahora el reto es mantener el nivel y evolucionar con el paso de la temporada, que es muy, muy larga. Y será muy, muy complicada.