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LIga Adelante | Deportivo 0 - Hércules 1

Abel deshincha el globo

El Depor se encontró a Falcón y pagó su ineficacia

<b>INSISTENTE. </b>Salomão desbordó una y otra vez por su banda a Juanra pero ninguna de sus acciones tuvo consecuencias en el marcador.
INSISTENTE. Salomão desbordó una y otra vez por su banda a Juanra pero ninguna de sus acciones tuvo consecuencias en el marcador.SANCHOFOTO

El Deportivo transitaba por una nube desde el descenso y ayer el Hércules, que sale reforzadísimo de Riazor, lo bajó a la tierra y le enseñó lo que es Segunda. Bastó un gol de Abel Aguilar y 50 minutos aguantando el asedio para que los coruñeses conozcan el sabor de la derrota en su segundo partido en casa. Si alguien creía que esto iba a ser fácil, desde ayer ya sabe que no.

La partida de ajedrez comenzó equilibrada, con dos equipos que querían el balón, pero que sólo creaban peligro con desplazamientos largos de balón. La actividad y el desborde de Salomão daban los primeros avisos a un Falcón que estuvo soberbio desde el pitido inicial. También lo intentaba Riki, pero a los 23 minutos su enésima lesión muscular lo apartó del partido.

El Hércules tenía las ideas claras, y una de ellas era anular a Valerón. El encargado de la misión fue Diego Rivas, que demostró que defender también es un arte. Sin el Flaco, el Depor se encomendó a las individualidades sin éxito, mientras los alicantinos seguían con su guión. El primero en avisar fue Callejón, que ganó por velocidad a la defensa y obligó a Aranzubía a exhibirse. La segunda que tuvo fue más letal. Sacó un perfecto centro que llegó nítido a la cabeza de Abel Aguilar, que remató casi a placer para comenzar a labrar la victoria. Daba la sensación de que si los de Mandiá hubiesen apretado más arriba, el castigo hubiese sido mayor, porque el Depor todavía vive en un castillo de naipes que le hace creer que sin meter la quinta ganarán partidos.

Acoso y polémica.

Con el marcador en contra, Oltra lo arriesgó todo tras el descanso. Dejó en la caseta a Manuel Pablo, dio entrada a Lassad y planteó una defensa de tres. El Hércules reculó y pronto el dominio sin pegada se convirtió en acoso total. Xisco y Lassad tuvieron muy pronto una doble oportunidad muy clara, pero la colocación y reflejos de Falcón deshicieron el peligro. Poco a poco el partido se convirtió en un monólogo, pero cuando no aparece Valerón en la partitura, el peligro se minimiza. Quizás el partido de Pablo Álvarez resume bien lo que fue el Depor. A cada buen regate le sucedía un mal centro. A cada desborde, un empeño sin éxito de superar a otros tres rivales. A cada acierto, un error.

En el guión se esperaban las contras del Hércules, pero Mandiá optó por cambiar delanteros por defensas, interiores por pivotes. Optó por defender a muerte y fiarlo todo a Falcón y a la ineficacia local.

La jugada estuvo a punto de salirle mal, pero el poste rechazó un remate de Zé Castro y el árbitro no vio un penalti sobre Aythami. El que quiera agarrarse a la polémica puede, pero quizá es mejor comenzar a hinchar de nuevo el globo, porque el que había, se ha pinchado.

Cobián volvió a pisar Riazor

César Cobián fue durante 16 años el médico del Deportivo y ayer regresó a Riazor con el Hércules. Desempeñó su trabajo en los años del Superdepor, luego con Irureta y finalmente con Caparrós hasta su marcha en 2007.