El portugués debe su apodo al Pizzi azulgrana

Un 12 de marzo de 1997, Juan Antonio Pizzi se convertía en el héroe de una remontada del Barcelona frente al Atlético de Madrid en un histórico 5-4 por los cuartos de final de la Copa del Rey. Por aquellos días, al portugués Luis Miguel Afonso Fernandes le faltaban casi siete meses para cumplir 8 años, pero ya sentía una enorme admiración por el santafecino que vistió los colores blaugranas durante dos temporadas. Cuentan que cuando jugaba en las calles de su barrio, junto a sus amigos de la infancia, usaba siempre la misma camiseta del Barcelona con un apellido que lo marcó para siempre: Pizzi. "Es un halago, realmente. No conocía mucho la historia de este joven futbolista, pero desde que AS me lo comentó mediante un mensaje, me puse a averiguar algunas cosas de él. Pero me sorprendió, porque además no es muy común que alguien use mi apellido en Portugal", le admitió Pizzi -el original- a este periódico desde la ciudad de Rosario, en Argentina.

Cuando el Pizzi del Atlético nació (6/10/89) en Bragança, el Pizzi argentino (y luego nacionalizado español) tenía 21 años, precisamente la misma edad con la que el portugués arribará al equipo colchonero. "No voy muy seguido para España, los tiempos como entrenador no me lo permiten. Tal vez vaya para Navidad, pero me quedo poco tiempo, entre cuatro o cinco días. Ahora que me han contado sobre la admiración del nuevo fichaje del Atleti, me gustaría conocerlo, tener la oportunidad de conversar con él. Ojalá que podamos cruzarnos alguna vez", confesó el entrenador de Rosario Central. Y agradecido, cerró: "Le deseo lo mejor en esta etapa que comienza en el fútbol español. Es joven, me han contado que tiene mucho futuro. Trataré de ver sus partidos por televisión desde Argentina".